Si revisamos cualquiera de los “videoclubs” de Internet, como pueden ser Google Play Películas, Nubeox, iTunes Store o Wuaki TV, nos encontraremos con que las películas cuestan un euro más cuando queremos verlas en alta definición. Eso en cuanto al alquiler de las mismas por un plazo de 48 horas, mientras que la compra de películas en alta definición tiene una diferencia aún mayor, en precio, con respecto a las mismas en calidad estándar. Como podréis ver en la captura de pantalla anterior, correspondiente a la película Lucy en Google Play Películas, comprarla en alta definición nos supondrá un desembolso de tres euros más, justo el importe que nos supondría alquilarla en definición estándar.

 ¿Qué es HD y SD, alta definición y definición estándar?

Estas siglas, “HD” y “SD”, tienen que ver con la calidad de imagen y sonido de la película. Aunque todas las tiendas y videoclubes online emplean la misma terminología, lo cierto es que no se ciñen todas ellas a un estándar de calidad. Por lo tanto, aunque se presupone que en términos de imagen estaremos hablando de una resolución Full HD 1920 x 1080 píxeles para la “alta resolución” y resolución HD 1280 x 720 píxeles de resolución para la “definición estándar”, la realidad es bien diferente. Así, hay tiendas que definen como SD una resolución de 480p, mientras que otras nos ofrecen una mejor experiencia ciñéndose a los 720p.

 Lo nunca visto en el formato físico

Evidentemente, cuando vamos a comprar una película en formato físico, no podemos encontrar la diferencia entre SD y HD. No obstante, sí existen una situación similar en la diferencia entre el ya clásico DVD y el BD. Ahora bien, en este sentido las diferencias sí que están estrictamente marcadas por estándares, que delimitan simplemente los máximos soportados por cada formato físico. Por otra parte, las distribuidoras se encargan de reflejar, en la parte trasera de la carátula de la película en cuestión, cuál es la calidad máxima de reproducción que podremos alcanzar.

Por otra parte, las limitaciones del formato físico también se pueden llevar al formato digital, pero no de la misma forma. Es decir, para reproducir un BD necesitamos un lector compatible, mientras que para poder reproducir una película en formato digital con resolución “HD” no necesitamos un teléfono inteligente, tableta o un ordenador especialmente diseñado para ello. Sin embargo, sí que necesitamos una pantalla compatible con esa resolución máxima para aprovechar al cien por cien la calidad de imagen, pero lo mismo ocurre con un DVD o un BD.

 ¿Merece la pena alquilar o comprar películas en HD?

En el caso concreto de iTunes Store, Apple nos aclara que el contenido en HD puede llegar en resolución Full HD (1920 x 1080 píxeles) o bien HD (1290 x 720 píxeles) indistintamente. Es decir, cuando compramos una película, o la alquilamos, en ningún caso podremos comprobar cuál es la resolución en que estamos consumiendo el contenido, pero será una de estas dos calidades recién señaladas. Y lo mismo ocurre con el resto de distribuidores homólogos, que no aclaran cuál es la calidad concreta de la imagen, y mucho menos del audio.

Con respecto a si merece la pena, o no, lo cierto es que probablemente no. Este tipo de servicios de alquiler o compra de películas están orientados, principalmente, a su consumo en teléfonos inteligentes y tabletas, donde la diagonal de pantalla raramente supera un máximo de 10 pulgadas. Y no sólo es cuestión de la diagonal de pantalla, sino que aunque la resolución máxima de la pantalla esté incluso por encima de los 1080p, tendremos que aceptar por consumir contenido HD un sobrecoste realmente elevado que, como adelantábamos, en el caso del alquiler ronda el euro, mientras que en la compra alcanza los 3 euros.

Por lo tanto, aunque la decisión última es del usuario, cuando nos planteamos comprar contenido HD de este tipo de fuentes, no vendría mal recordar que comprarla en formato físico nos ofrecerá la misma resolución, probablemente mejor audio, disponibilidad en cualquiera de nuestros dispositivos móviles y el original en físico, con su carátula. Aunque, no obstante, para llevar esta película a nuestros terminales móviles tendremos que pasar antes por el ordenador, lo que para algunos usuarios supone un problema, mucho más cuando se trata de dispositivos Apple, por los contratiempos que plantea iTunes por la compatibilidad de formatos. Además, hay que recordar que haciendo nuestra propia copia digital a partir del formato físico seremos nosotros quienes escojamos la compresión y todos los parámetros relacionados con la calidad y, sobre todo, el peso final del archivo.

Por lo tanto, aunque sea realmente incómodo, lo más conveniente en el sentido económico es comprar la película en formato físico, que nos dará la posibilidad de hacer una copia digital y llevárnosla a todos nuestros dispositivos móviles, nuestro ordenador, y lectores de formato físico. Probablemente nos sea más barato y, además, para los amantes del cine será todo un capricho contar con la carátula original.

Así es como quieren evitar la piratería

Ya hemos hablado en varias ocasiones de este tipo de servicios dedicados al alquiler y venta de películas en formato digital. Son una buena alternativa, sin duda, pero en ningún caso consiguen alcanzar las necesidades reales de los usuarios y consumidores de contenido audiovisual. Es una provocación, se mire por donde se mire, que una película en formato digital en alta resolución alcance los 17 euros, lo cual ya es bastante elevado, pero que además nos suponga restricciones en la reproducción según los dispositivos.

Es lo que ocurre, y lo mencionamos una vez más, con iTunes Store. Dadas las imposiciones de DRM de la compañía de Cupertino, tenemos que conformarnos con reproducir estas películas en los dispositivos de Apple, o bien a través de iTunes en un ordenador. Ahora bien, si quieres ir a tu tableta Android a ver esa película que has alquilado o comprado, tendrás que echar la vista atrás y retomar tu iPhone para hacerlo. Por ello, el formato físico sigue planteándose como una opción mucho menos limitada, una vez hemos hecho nuestra propia copia en formato digital.

Mientras tanto, aún no hay quien haya conseguido convencer a la industria de que una de las verdaderas soluciones contra la piratería, que creen que es su único enemigo, sería plantear la distribución del contenido digital -que no deja de ser el futuro- de una forma realmente convincente. Mientras los consumidores de música cuentan con Spotify o Google Play Music entre otras muchas soluciones con miles de títulos y la posibilidad de incluir a sus bibliotecas sus propias canciones compradas en formato físico, los amantes del séptimo arte siguen sufriendo las limitaciones de un formato digital con precios prohibitivos y todo tipo de limitaciones. Sí, tenemos Wuaki TV o Nubeox, pero el catálogo de películas que ofrecen es pobre, y en ningún caso tenemos disponibles los verdaderos estrenos limitados, también a un prohibitivo cine al que cada vez acude menos gente.

 

Fuente: adslzone