Según los datos de la propia DGT, el número de fallecidos ha caído un 6 % durante el último año. Aunque puede parecer una caída leve en el número de accidentes fatales, lo cierto es que es todo un paso hacia adelante en la mejora de la seguridad vial dentro de las ciudades, un ámbito donde la convivencia entre vehículos y peatones es muy compleja. De hecho, debes prestar atención a los fallos más habituales en carretera.

Durante 2024, en las ciudades españolas se registraron 66.545 siniestros viales que tuvieron como consecuencia la muerte de 488 personas y más de 5.000 heridos graves. A pesar de la alta concentración de accidentes en zonas urbanas, representando un 65% del total nacional, la letalidad sigue siendo menor en comparación con las vías interurbanas. Esta aparente paradoja se explica principalmente por la menor velocidad a la que circulan los vehículos en las ciudades, pero no por ello deja de ser preocupante el elevado número de víctimas y secuelas.

El descenso de un 6% en las muertes urbanas es una buena noticia que responde, en gran medida, al compromiso de las administraciones y de la ciudadanía por fomentar una conducción más segura y responsable. La DGT y los ayuntamientos continúan trabajando en políticas que fomentan la movilidad sostenible y la protección de los usuarios más vulnerables, un punto clave teniendo en cuenta que el 79% de las víctimas mortales en entornos urbanos corresponden a peatones, motoristas, ciclistas y usuarios de vehículos de movilidad personal.

Especialmente preocupante es la situación de los peatones y motoristas, dos colectivos que concentran la mayoría de las muertes en ciudad. El 42% de las víctimas mortales urbanas fueron peatones, y casi la tercera parte eran motoristas. En muchos casos, estas víctimas son infinitamente más vulnerables que un coche. Además, las estadísticas señalan que el 66% de los peatones fallecidos tenían más de 65 años, mientras que la mayoría de motoristas fallecidos (el 57%) estaban entre los 25 y 54 años, edades en las que la movilidad activa y laboral es intensa. Y eso que no hablamos de los patinetes eléctricos, que también causan muchos accidentes con ellos como afectados.

Uno de los datos que también llaman la atención es que un 28% de las personas que fallecieron en accidentes urbanos no llevaban los dispositivos de seguridad obligatorios, como el cinturón de seguridad o el casco. Este porcentaje incluso ha aumentado ligeramente respecto al año anterior, lo que muestra que pese a las campañas de concienciación, todavía hay un grupo que omite las normas básicas. Entre ciclistas y usuarios de vehículos de movilidad personal, el porcentaje que no usaba casco es todavía más alarmante, evidenciando la necesidad de reforzar la educación y la vigilancia en este aspecto.

¿Cuáles son los accidentes más comunes en ciudades?

  • Atropellos a peatones.
  • Salidas de vía.
  • Colisiones laterales en cruces o intersecciones.

Estas últimas, aunque menos frecuentes, han disminuido en número, lo que indica que algunas medidas de diseño urbano y control de velocidad están dando resultados positivos.

Es importante destacar que esta reducción en el número de fallecidos no se limita a las grandes capitales. Municipios medianos, con poblaciones entre 100.000 y 500.000 habitantes, también registran un porcentaje significativo de víctimas, lo que indica que la seguridad vial debe abordarse en todos los contextos urbanos.

Aunque los datos de siniestralidad urbana están mejorando, la seguridad vial sigue siendo un reto en España, país que se sitúa ligeramente por debajo de la media europea en tasa de mortalidad vial, pero que todavía está lejos de los referentes en esta materia.

Esta buena noticia de la DGT debe servir para reforzar el compromiso colectivo y personal con la seguridad vial, recordándonos que cada paso cuenta para hacer nuestras ciudades más seguras.

 

Fuente: DGT | adslzone