No es una atadura como tal, claro que no, no hay obligación real de quedarse con Windows 10. El último lanzamiento de Microsoft, en el campo de los sistemas operativos de escritorio, está tomando una buena curva de adopción en el mercado con una interesante evolución positiva. Aún quedan muchos usuarios por conquistar, pero van más de 57 millones de usuarios y algunos desde el primer día, es decir, el pasado 29 de julio. Precisamente estos, los primeros en apostar por Windows 10, a pesar de los errores, fallos y problemas de lanzamiento… ya no tienen vuelta atrás.

No es un dato negativo, ni mucho menos. Los que comenzaron con Windows 10 el mismo 29 de julio ya no pueden acceder a la Recuperación de Windows 7 y Windows 8 entre las opciones de Actualización y seguridad de su nuevo sistema operativo. Aquí, precisamente, es donde podemos acudir durante ese mes de prueba para volver a la versión anterior. Ahora bien, una vez llevas un mes, la licencia de Windows se asigna a la última versión –Windows 10- y se asocia al hardware de tu ordenador de forma permanente.

En cualquier caso, si uno de estos usuarios quiere volver a Windows 7 o Windows 8, el proceso es más sencillo de lo que parece. Para ello, eso sí, vamos a necesitar la versión anterior en una unidad de instalación –CD, DVD, USB…- para hacer una instalación limpia. Con este proceso, aunque sin ayuda de Windows 10 y con dificultades para mantener los archivos anteriormente movidos de forma sencilla entre sistemas, sí podremos volver a nuestra versión anterior. En cualquier caso, se entiende que quien ha aguantado un mes, lo quiere, y más aún cuando de forma progresiva la compañía de Redmond está lanzando actualizaciones para solucionar los problemas registrados desde el lanzamiento.

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Fuente: adslzone