Se trata de su nuevo sistema de defensa láser, bautizado como Haz de Hierro. Es una plataforma que sustituye misiles por energía dirigida para neutralizar drones, cohetes y otros proyectiles a velocidad de la luz. Y todo esto mientras el mundo entero se vuelca contra Israel. De hecho, España no participará en Eurovisión si lo hace el país de Oriente Próximo.

Israel sigue en el centro de las miradas

Según el Ministerio de Defensa israelí, el aparato, desarrollado en colaboración con Rafael Advanced Defense Systems y Elbit Systems, ya ha pasado pruebas operativas en el sur del país y se prevé su despliegue a finales de año, según recoge Europa Press. La novedad técnica apunta a un ahorro de costes importante y a una mayor capacidad de respuesta ante ataques masivos, pero su presentación llega en un momento extremadamente delicado: la ofensiva en Gaza y la crisis humanitaria han convertido el anuncio en foco de debate político y ético.

Desde el punto de vista tecnológico, lo que distingue al Haz de Hierro es que en lugar de disparar interceptores físicos, proyecta un haz de energía que calienta y desintegra la amenaza en vuelo. Eso reduce el coste por interceptación y elimina la logística asociada al uso masivo de misiles defensivos. Además, los sistemas láser pueden actuar casi instantáneamente y, bien integrados en una red de radares y sensores, son capaces de enfrentarse a múltiples blancos uno tras otro. En términos prácticos, se podrían neutralizar enjambres de drones sin agotar un arsenal de misiles.

Los fabricantes implicados han mejorado los sistemas de orientación y seguimiento de alta precisión. Integrado con radares y sistemas ópticos, el Haz de Hierro detecta la trayectoria, apunta y mantiene el rayo sobre el objetivo el tiempo necesario para neutralizarlo. Ese proceso, según las fuentes oficiales, ha superado los ensayos prolongados y validan el buen funcionamiento del sistema en condiciones reales. La colaboración entre el Ministerio de Defensa, Rafael y Elbit ha sido presentada como la culminación de años de inversión en tecnología de defensa.

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Sin embargo, la noticia ha coincidido con uno de los episodios más graves del conflicto en Gaza, donde la ofensiva ha causado miles de víctimas civiles. A ojos de muchos observadores y organizaciones humanitarias, el refuerzo del arsenal defensivo de Israel en este contexto agrava las tensiones.

Más allá del debate moral, hay implicaciones prácticas y estratégicas. Un sistema láser operativo cambia la ecuación en el aspecto defensivo, ya que obliga a los atacantes a buscar contramedidas diferentes a las usadas hasta ahora (por ejemplo, mayor saturación de blancos, maniobras de evasión, o desarrollo de tecnologías que reduzcan la firma térmica). Al mismo tiempo, al ser económico, hace que el láser sea una herramienta factible para un uso prolongado en el tiempo.

Los detalles técnicos que ha hecho públicos Israel hablan de su capacidad para derribar cohetes, morteros, misiles de crucero y drones, con un rango y potencia adecuados para integrarse junto a la Cúpula de Hierro y otros sistemas. La combinación de soluciones cinéticas y no cinéticas (como los láseres) responde a la necesidad de capas de defensa complementarias. Así, mientras la Cúpula intercepta amenazas a largas distancias o de gran potencia, el Haz de Hierro podría encargarse de amenazas más pequeñas a menor coste.

No obstante, el rendimiento del láser depende de las condiciones atmosféricas, ya que la niebla, la lluvia o el polvo pueden afectar a su eficacia, y su despliegue exige protección física y energética. Además, existe preocupación por un posible uso de esta tecnología en escenarios con civiles, lo que ha despertado las dudas sobre los marcos legales y el diálogo internacional respecto al uso de tecnologías ofensivas y defensivas de alta potencia.

 

Fuente: 20minutos | adslzone