El coeficiente aerodinámico, otro detalle a conocer

El coche eléctrico es la apuesta de los gobiernos de muchos países de Europa, que vaticinan o prevén la prohibición de la venta de los coches de gasolina y diésel para dentro de unos 10 años. Así, es legítimo plantearse la pregunta de si comprar o no un coche eléctrico ahora. Como ocurre con cualquier coche, todo dependerá del uso que le demos.

Pero, como todo, este tipo de compra necesita de cada vez más información de cara al usuario, esto con detalles que hacen de él realmente una compra que va más allá de la que puede ser su autonomía o potencia. A esto nos referimos precisamente con las que son las siglas Cx.

Hablamos del coeficiente aerodinámico (Cx), o coeficiente de resistencia aerodinámica, el cual es un número adimensional que determina cuál es la resistencia al viento de un objeto. En automoción, nos dice cuál es la resistencia al viento del vehículo. Se obtiene en túneles de viento, de manera experimental, aunque a través de programas informáticos, con operaciones matemáticas, se puede calcular con un margen de error inferior al 0,1%.

Con él se puede conseguir una mejor autonomía

Porque, en este sentido, intentar rebajar el coeficiente aerodinámico de un automóvil es una de las tareas clave con la llegada del coche eléctroco.

De momento, las autonomías de estos vehículos son muy limitadas si las comparamos con las opciones de gasolina (y sobre todo diésel) a igualdad de segmentos. Pero, sobre todo, porque rellenar un tanque de combustible apenas nos puede demorar cinco o diez minutos.

Es entonces cuando vemos que el coche eléctrico ha forzado que los fabricantes inviertan más recursos en mejorar el coeficiente aerodinámico de sus coches, el mencionado Cx. Su valor de referencia, 1, es representado por una plancha cuadrada de metal de 1 metro de lado. En la actualidad la mayor parte de los coches se mueven entre el 0,25 y el 0,40, considerándose más eficiente cuanto menor sea el valor. Vehículos como los camiones o las motos cuentan con un coeficiente muy superior al de las generalmente estilosas carrocerías de los turismos, pues sus líneas son mucho más abruptas y heterogéneas.

Y es que gracias al desarrollo de vehículos que oponen una menor resistencia aerodinámica se puede conseguir una mejor autonomía manteniendo exactamente la misma batería de iones de litio y sin modificar la eficiencia del motor eléctrico. Este es un factor clave y, para ello, en los últimos años se ha trabajado de una manera imperiosa. La prueba está en el recién estrenado Hyundai Ioniq 6.

La aerodinámica y el peso son diferenciales

Prueba de ello es la introducción de la aerodinámica activa. O lo que es lo mismo; elementos del vehículo, como determinadas tomas de admisión de aire frontales, que se pueden abrir y cerrar de forma automática para mejorar el paso de aire, y la refrigeración, o cerrarse y mejorar el coeficiente de resistencia aerodinámica del vehículo.

También se han sustituido los espejos retrovisores exteriores, en muchos casos, por pequeñas cámaras con una superficie frontal mucho menor, las cuales permiten mejorar el flujo de aire de la carrocería y, con ello, reducir de forma considerable el coeficiente de resistencia aerodinámica (Cx).

Como tal, es esta aerodinámica, junto al peso, las se han convertido en elementos diferenciales en la industria del motor. Tanto es así que se espera que a lo largo de los próximos años este dato adquiera una dimensión todavía mayor. Tanto es así que compañías como Tesla podrían dejar de tener el mismo protagonismo que en la actualidad. Veánse casos como el de NIO, Rimac o Porsche. Por lo tanto, a la pregunta de si este Cx es importante para tu compra, la respuesta es sí.

 

Fuente: adslzone