La Ley de Cambio Climático, que entró en vigor el pasado 22 de mayo de 2021, marca como etapa cumbre para los vehículos con etiqueta B la llegada del próximo año 2023, siete años después de que llegaran a la vida de los conductores españoles las famosas etiquetas medioambientales que catalogan un vehículo según su impacto medioambiental.

Esto es debido a la aprobación de la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética, por la que se establecieron normas a partir del año que viene: «Los municipios de más de 50.000 habitantes y los territorios insulares adoptarán antes de 2023 planes de movilidad urbana sostenible que introduzcan medidas de mitigación que permitan reducir las emisiones derivadas de la movilidad», se puede leer el artículo 14.

En este sentido, la medida recogida en la aprobada Ley de Cambio Climático, señala que el principal objetivo es evitar que siga aumentando la temperatura global para mejorar la calidad del aire y reducir las emisiones de gases que afectan al medio ambiente y, que, también es perjudicial para los ciudadanos.

Qué pasará

Así las cosas, en los últimos años los vehículos a motor han cambiado considerablemente. Atrás han quedado los días donde todos iban propulsados por combustibles fósiles. En la actualidad cada vez son más los coches electrificados que usan energías renovables para poner fin a la emisión de carbono.

Sin embargo, muchos de estos nuevos vehículos todavía cuentan con un precio alto por lo que dificulta la adquisición de este tipo de producto en países como España. Y ahí, los vehículos de combustión son los que están en el ojo. Hablamos justamente de los coches que posean la etiqueta B, la de color amarillo, que es específica de los vehículos de combustión interna, que sean turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculadas desde el 1 de enero de 2001 y diésel a partir de 2006, así como los vehículos de más de 8 plazas y pesados tanto de gasolina como diésel, matriculados desde 2006, como se recoge en la DGT.

De este modo, los coches con pegatina B pueden acceder a las ZBE pero no aparcar dentro de ellas (es obligatorio hacerlo en un parking), mientras que fuera de las ZBE pueden circular con total libertad y también aparcar en zonas de estacionamiento regulado.

Serán los siguientes que estarán más limitados

O lo que es lo mismo; que a corto plazo, en 2023, estos vehículos no tendrán tantos impedimentos como los vehículos de la categoría A, pero serán los siguientes en ver sus limitaciones en las ciudades.

La lógica dicta que deberían seguir los ejemplos de Madrid y Barcelona, que llevan tiempo activos y se ha demostrado que funcionan, pero queda por ver cómo y de qué manera actuarán los diferentes municipios españoles con más de 50.000 habitantes que ya se preparan para implantar sus propias áreas de bajas emisiones.

A ellos les seguirá, poco tiempo después, los vehículos con etiqueta C. Por lo tanto, si dispones de un coche de gasolina o diésel con etiqueta B, es mejor que comiences a pensar en cambiarlo por uno más nuevo, porque pronto podrías tener serios problemas para circular por ciudad…

 

Fuente: adslzone