Esta investigación permitirá ayudar a los científicos a responder preguntas fundamentales sobre cómo surgieron estas misteriosas formaciones en nuestro satélite.

Un misterio en la Luna

Las cúpulas, domos o montes de Gruithuisen son un enigma geológico. Sobre la base de las primeras observaciones telescópicas y de naves espaciales, durante mucho tiempo se sospechó que estos domos estaban formados por un magma rico en sílice, similar en composición al granito.

Las observaciones de la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), han demostrado que las cúpulas de Gruithuisen son distintas del terreno circundante, que está cubierto por antiguos flujos de lava basáltica endurecida. Las lavas basálticas son líquidas y delgadas y fluyen como aceite de motor, a diferencia de las lavas silícicas, que son espesas y fluyen más como mantequilla debido a su espesor.

Las cúpulas de Gruithuisen se formaron por erupciones de lavas silícicas, que no fluían hacia afuera con facilidad, creando estas cúpulas o montes. El verdadero misterio es cómo se pudieron formar tales magmas silícicos en la Luna. En la Tierra, los volcanes silícicos suelen formarse en presencia de dos ingredientes: agua y placas tectónicas. Pero sin estos ingredientes clave en la Luna, los científicos se preguntan cómo se formaron las cúpulas de Gruithuisen.

Misión: descubrir el origen

Llamadas así en honor de Franz Von Paula Gruithuisen, hay pocas teorías sobre la formación de magmas lunares ricos en sílice. Para comprender realmente estas características desconcertantes, debemos visitar los domos, explorarlos desde el suelo y analizar muestras de rocas. Afortunadamente, la NASA planea hacer precisamente eso y en 2025, se entregará un conjunto de instrumentos científicos a esta región, alojados en un módulo de aterrizaje y rover.

Dentro del programa Artemis, la investigación Lunar Vulkan Imaging and Spectroscopy Explorer (Lunar-VISE) consta de un conjunto de cinco instrumentos, dos de los cuales se montarán en un módulo de aterrizaje estacionario y tres en un rover móvil que fabricará una empresa privada para este programa.

En el transcurso de 10 días terrestres (un día lunar), se explorará la cima de una de las cúpulas de Gruithuisen. Al analizar el regolito lunar en la parte superior de una de estas cúpulas, los datos recopilados y devueltos por los instrumentos de Lunar-VISE ayudarán a los científicos a responder preguntas sin resolver fundamentales sobre cómo surgieron estas formaciones.

“Los dos estudios seleccionados abordarán cuestiones científicas importantes relacionadas con la Luna”, dijo Joel Kearns, administrador asociado adjunto para exploración en la Dirección de Misiones Científicas de la NASA. “El primero estudiará los procesos geológicos de los primeros cuerpos planetarios que se conservan en la Luna, investigando una forma rara de vulcanismo lunar. El segundo estudiará los efectos del entorno de baja gravedad y radiación de la Luna en la levadura, un organismo modelo utilizado para comprender la respuesta y reparación del daño del ADN”.

 

Fuente: adslzone