Samsung ha obtenido menos beneficios, pero podría apostar por el 8K para aumentar su liderazgo en las Smart TV

No es ningún secreto que, cuanto más caro sea un televisor, mayor margen de beneficios tiene un fabricante. Los modelos de gama alta son los que más beneficios dejan, y marcas como TCL han reconocido que los modelos de 300-500 euros los venden casi a precio de coste, y luego los amortizan con los datos de los usuarios y la publicidad.

Samsung ha presentado sus resultados financieros para el segundo trimestre de 2019, y los resultados no han sido nada positivos, ya que la compañía obtuvo unos beneficios un 56% inferiores con respecto al mismo periodo del año anterior, aunque siguen siendo una envidiable cifra de 5.600 millones de dólares de beneficio en ese periodo.

Esta bajada de beneficios es debida en parte a la caída del precio de las memorias NAND y DRAM, que ha reducido sus márgenes, a lo que se suma una reducción de ventas de móviles y de componentes, donde Apple ha vendido menos iPhone, y la compañía compra varios de sus componentes a Samsung.

Las Smart TV siguen siendo un segmento donde Samsung apenas tiene competencia, gracias a ofrecer la mejor Smart TV con todas las aplicaciones y unas prestaciones excelentes. Sin embargo, cada vez hay mayor competencia en los modelos de gama media, sobre todo en la gama de los 400 euros, que es la más vendida.

Convertir el 8K en mainstream: una tarea difícil que actualmente arranca en 3.654 euros

Por ello, Samsung ha insinuado en la publicación de los resultados financieros que podrían apostar aún más fuerte por los televisores 8K para hacer repuntar los beneficios, incluyendo los dos próximos trimestres de 2019. Para ello, afirman que «el mercado de los televisores no vivirá grandes cambios en la segunda mitad de 2019, pero Samsung planea maximizar las ventas cimentando su liderazgo en televisores 8K y posicionando sus televisores QLED 8K como televisores mainstream».

Algunos fabricantes apuestan por el OLED en sus televisores, pero Samsung quiere pasar de usar paneles LCD a los MicroLED que actualmente están desarrollando, que tendrán un mayor brillo y durabilidad, aunque todavía no han presentado ningún televisor comercial con esa tecnología, por lo que tendremos que esperar.

Aunque el 4K ya está asentado en nuestros hogares, con multitud de películas, series y vídeos en plataformas como YouTube disponibles en esa calidad, se hace difícil justificar un televisor 8K, ya que apenas hay contenido en esa resolución más allá de YouTube. De hecho, algunas cámaras de fotografía full-frame no llegarían a ocupar la pantalla al completo al tener menos resolución. 8K equivale a 33 MP, mientras que una cámara como la Sony A7 III tiene 24 MP. Habría que recurrir a modelos como la A7R III con 42,4 MP para poder cubrir toda la pantalla con holgura.

El modelo 8K más barato de Samsung, la QE65Q900R, cuesta actualmente 3.654 euros en El Corte Inglésmientras que en Amazon llevan meses sin stock. Inicialmente costaban 5.000 euros, por lo que vemos una amplia reducción de precios. Quien sabe si de cara a finales de año bajan de los 3.000 euros, y para el año que viene acaban costando lo mismo que los mejores 4K del mercado.

 

Fuente: Techradar | adslzone