Y es que además de establecer una buena contraseña y confiarles nuestras credenciales a personas únicamente de nuestra confianza, ahora la justicia también puede tener algo que decir. Una nueva ley de Delaware, en Estados Unidos, propicia que los albaceas del patrimonio de los usuarios puedan también acceder al email  o a los servicios digitales de los mismos, para recabar datos y disponer de su patrimonio como así lo fije la legislación.

Actualmente para este fin hay que contar con una orden judicial que autorice a acceder a este tipo de información tal y como sucede con cualquier dato o propiedad en formato físico, pero con la nueva normativa no sería necesario contar con dicha orden ya que se puede tener acceso online a toda la correspondencia por email o datos almacenados en la nube.

Aunque pueda parecer lesivo para los intereses de los usuarios, lo cierto es que no siempre puede considerarse como una amenaza. El mejor ejemplo es el caso de Andy Blair, cuyos padres fallecidos almacenaban miles de fotos online que no podían rescatarse de otra forma. Pero gracias a esta ley, su hijo ha podido acceder a ellas sin necesidad de mediar una orden autorizada previamente. Lógicamente, esto tiene su obvio contrapunto, y es que la privacidad de los propios usuarios quedaría en entredicho y tal vez se accediera –en el caso de Blair- a fotos o datos que las personas fallecidas no querían divulgar a nadie.

El asunto está levantando cierta polvareda en Estados Unidos por el peligroso precedente que puede representar esta nueva ley. En nuestro país, no es legal el acceso no autorizado a este tipo de servicios. La mejor forma de dejar asegurada nuestra información digital y nuestro email es tomando precauciones por nosotros mismos, y otorgando las instrucciones del acceso estos datos a personas de nuestra confianza.

¿Qué pasa con mis redes sociales al morir?

Hace un tiempo os comentamos que opciones tenían nuestros familiares o conocidos para ayudarnos a borrar nuestra huella en Internet, una vez hayamos fallecido. Algunos servicios como Facebook, Twitter o LinkedIn, permiten a otras personas solicitar el bloqueo o retirada de los perfiles públicos, mediante una serie de peticiones en las que habrá que justificar el nexo con el difunto usuario y la causa de la retirada. Y si desde luego, hay algo en tu email que no deseas compartir con ojos indiscretos, lo mejor es borrarlo mientras estés a tiempo.

¿Creéis que este tipo de accesos al email deben concederse en ciertos casos de necesidad?

 

Fuente: The Wall Street Journal | adslzone