Allá por el año 2009 empezó la irrupción del 3D en los televisores domésticos, tras varios intentos fallidos de popularizar la tecnología en el pasado. Parecía que esta vez si iba a ser posible convertirlo en algo de éxito y hasta los fabricantes acordaron (a su manera) un sistema común para ayudar y no confundir a los compradores. Poco a poco fue convirtiéndose en el gran reclamo de las marcas y en los siguientes años, todos los fabricantes presentaban sus nuevos modelos con el 3D como bandera.

Un reclamo de marketing

El hecho de que un televisor contara con tecnología 3D, se utilizó durante muchos años como reclamo de ventas. Panasonic fue el primer fabricante en lanzar un televisor 3D casero, en este caso el VT25, que llegó al mercado a principios de 2010. Ese fue el pistoletazo de salida para una auténtica fiebre por el 3D, al menos por venderlo, que llevó a todos los fabricantes a embarcarse en proyectos para lanzar cuanto antes este tipo de televisores.

Samsung, Sony, LG o Toshiba pusieron en el mercado decenas de modelos con capacidad para reproducir contenido en 3D y la feria de tecnología CES recogía año tras año las novedades. Las tiendas anunciaban a bombo y platillo las ofertas para hacerse con este tipo de teles y los consumidores compraban y compraban televisores. Todo parecía ir viento en popa.

3D activo y pasivo

Pese a reproducir el mismo tipo de contenidos, cada fabricante optó por una tecnología diferente, lo que se conoce como 3D activo y 3D pasivo. Este fue el primer escollo que se encontró el consumidor al acudir a una tienda para comprar un televisor 3D (si nos olvidamos del precio claro).

En el 3D activo, las gafas incorporan su propia electrónica que se encarga de sincronizar la imagen y mostrarla correctamente. La televisión muestra imágenes para un ojo y para el otro y las gafas se encargan de mostrar a cada ojo sólo lo que tiene que ver. El precio de las gafas, al contar con la electrónica propia, es más alto que las pasivas.

Por su parte, el 3D pasivo fusiona las dos imágenes que se muestran en la televisión de forma simultánea, en las líneas pares e impares. Las gafas polarizadas se encargan de conseguir esto mediante el uso de cristales diferentes para cada ojo. Su precio es mucho menor que las gafas de 3D activo.

La falta de contenidos lo mató

Después de sortear el problema de elegir entre un televisor 3D activo o pasivo, llegaba el verdadero motivo que ha terminado por matar esta tecnología: la falta de contenidos. Adquirir una televisión 3D para ver la TDT o películas en DVD tiene poco sentido, así que el siguiente paso era comprar un reproductor Blu Ray 3D u optar por descargar alguna película de Internet para intentar justificar el gasto de dinero. Reconozco que he disfrutado con contadas películas 3D en el televisor de mi casa y al final he optado por verlas en su versión 2D.

En España las cosas no terminaban de marchar todo lo bien que se esperaba. Las expectativas no estaban cumpliéndose y en 2012, sólo 2 de cada 100 teles vendidas era 3D. Ni siquiera el impulso del cine ha logrado que los espectadores abracen esta tecnología y ya en el CES 2013 algunas marcas comenzaron a anunciar propuestas sin 3D, aunque ha sido en la feria de este año cuando hemos asistido a su desaparición total. Samsung, LG y Sony han presentado modelos UHD que no soportan el 3D.

El 4K UHD y las teles curvas como alternativa

Y con esto llegamos al 4K o UHD y a las televisiones curvas. Estas dos tendencias han dado la puntilla definitiva al 3D y han hecho que desaparezca como reclamo. Todos los fabricantes han comenzado a ofrecer modelos con uno u otra característica e incluso con las dos al mismo tiempo. Hasta las plataformas de pago, como Netflix, han apostado casi desde el primer momento por el 4K, todo lo contrario que lo ha ocurrido con el 3D.

En nuestro país tenemos el caso de Telefónica, quien se ha mostrado partidaria de adoptar el 4K como alternativa al 3D, por su escaso éxito a nivel comercial. La operadora quiere tener su infraestructura preparada para lanzar próximamente contenido con esta resolución y aquí la red de fibra óptica tiene mucho que decir.

Como acabamos de ver, el 3D ha pasado al último plano y la batalla en el mundo de las televisiones se libra con el 4K y los sistemas operativos. Durante estos días hemos podido conocer las apuestas de LG por WebOS, Samsung por Tizen, Panasonic por Firefox y Sony por Android TV. Os invitamos a leer este artículo donde explicamos la situación del mercado televisivo a nivel de sistemas operativos.

En cuanto a los televisores curvados, parece que estamos ante un nuevo intento de lograr popularizar una tecnología a la que le auguramos el mismo futuro que al 3D. Así que podemos pensar que las televisiones curvas serán las próximas en caer después del 3D, muerto en vida y con escaso futuro a nivel doméstico.

¿Son las teles curvas “el próximo 3D”?

 

Fuente: Historia TV | Electrónica Básica | adslzone