Fin de una era para los inversores

Los accionistas minoritarios de Telefónica representan aproximadamente el 65,4% del capital, lo que implica que estamos ante una decisión que afecta a miles de personas, sobre todo en España. De hecho, Telefónica ha sido uno de los valores preferidos de los inversores más conservadores desde hace muchos años. Personas jubiladas y fondos más tradicionales siempre la han visto con una gran apuesta segura debido a ese dividendo recurrente.

¿Por qué ahora?

Sin embargo, eso supone destinar unos 1.700 millones de euros anuales a este concepto, algo que limita la capacidad de la compañía en varios frentes. Por un lado, le compromete para reducir deuda. Por otro lado, le pone en aprietos importantes para acometer inversiones y adquisiciones vitales para seguir siendo un líder mundial de las telecomunicaciones.

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Y es que, desde que Marc Murtra llegó a la presidencia en enero, la acción ha subido un 12 % (aunque siguen un 80 % por debajo de los máximos de 2008). La compañía española necesita urgentemente músculo financiero para ejecutar su plan estratégico. De hecho, ya se ha confirmado que se presentará el próximo 4 de noviembre. ¿Sus planes? Convertirse en un “campeón europeo” a través de fusiones y compras, con nombres como Vodafone España en el radar.

¿Qué significa acabar con el dividendo?

Eliminar el dividendo tiene muchas implicaciones. Según el banco UBS, eliminar la partida permitiría reducir el apalancamiento en 0,18 veces al año. Telefónica podría reducir su deuda con más rapidez y liberar recursos clave para invertir. La medida que está estudiándose en Telefónica cuenta con el respaldo de varios bancos de inversión. Estos consideran que es necesario un cambio drástico dentro de la forma de actuar de la operadora.

No todo son ventajas

El gran problema de dejar de pagar el dividendo está en los pequeños accionistas. Muchas personas han basado su estrategia de diversificación durante décadas en recibir esa renta periódica que Telefónica iba confirmando y revisando cada cierto tiempo. También podrían producirse tensiones entre grandes y pequeños accionistas por este cambio drástico.

Bank of America advierte que el paso será “complicado”, aunque no imposible. Sabemos que, bajo la gestión de José María Álvarez-Pallete, la compañía redujo el dividendo pagado a los accionistas por cada acción. Lo que no ha ocurrido nunca es que se haya atrevido a quitarlo definitivamente.

¿Cuándo será oficial?

Como decimos, esto es algo que se está debatiendo ahora mismo en el seno de la operadora. Se trata de una cuestión en la que no se pueden dar pasos en falsos. Las ventajas y los riesgos son de sobra conocidos, por lo que ahora toca ponerlos en una balanza para encontrar la solución más adecuada para todas las partes.

La fecha podría ser el próximo 4 de noviembre, cuando Telefónica presente su nuevo plan estratégico para los próximos años. De hacerlo, será una declaración de intenciones y una apuesta total para convertirse en un “campeón europeo”. De no hacerlo, la compañía corre el riesgo de quedarse atrás frente a otros competidores con más liquidez.

Fuentes del mercado señalan que es un “todo o nada” para la operadora. Por suerte, ya sea para una cosa o para otra, en cuestión de semanas tendremos la respuesta.

 

Fuente: adslzone