Cuando el próximo 29 de julio esté disponible Windows 10 para actualizar de forma gratuita desde nuestro Windows 7, Windows 8 y Windows 8.1, algunos programas tendrán que desinstalarse. La compatibilidad de todo nuestro software no está asegurada y, no obstante, la información almacenada en nuestros ordenadores, así como la configuración se mantendrá intacta en el salto al nuevo sistema operativo de escritorio, pero con respecto a los antivirus Microsoft ha dado algunas explicaciones que probablemente no agradarán a todos los usuarios.

Si tenemos un antivirus instalado en nuestro Windows 7, Windows 8 o Windows 8.1, la actualización a Windows 10 aplicará algunas modificaciones siempre que sea posible. Nuestra instalación de antivirus será eliminada para descargar la versión más reciente del software. Una vez se inicie Windows 10, la actualización del antivirus comprobará el estado de nuestra licencia y, en caso de que mantengamos una suscripción activa, todo volverá a la normalidad con la configuración que ya teníamos aplicada antes de la actualización.

Ahora bien, si teníamos una versión parcheada del antivirus, la comprobación de la licencia tendrá un resultado negativo, que difícilmente podremos evitar dado que se actualizará el software de forma “forzosa”, y en este caso se desactivará el antivirus de forma automática por parte de Windows 10. En este caso tendremos que conformarnos con Windows Defender, el antivirus por defecto de Microsoft que, como ya sabemos, no goza de una fama de la que pueda presumir.

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Fuente: Softpedia | adslzone