El reportaje "Un grito de alarma contra el tráfico ilícito de canciones" publicado en El País ha dejado nuevas perlas desde la industria discográfica hacia los usuarios españoles, a quienes se les señala como causantes de la caída imparable que supuestamente sufre el sector desde el año 2004. Asimismo, mucho parece disgustar a estas grandes empresas que los jueces del país hayan declarado legales las páginas web con enlaces en sucesivas ocasiones.

Desde la multinacional EMI, su presidente en nuestro país, Simone Bosé, ha insistido para que se modifiquen las reglas del juego. En primer lugar, en su opinión, debería existir "una legislación que regule la relación entre la industria y los usuarios" basada en "el respeto por la propiedad intelectual y la propiedad privada a la que todo ciudadano tiene derecho". Sin embargo, nuevamente se vuelve a mostrar la insostenibilidad de este discurso. ¿Hasta qué punto se puede crear una ley que imposibilite al usuario el poder compartir libremente un contenido adquirido legalmente?

Bosé califica "determinados comportamientos en la web" de "inadmisibles", en lo que parece una clara referencia al hecho anteriormente expuesto. ¿Por qué no se puede admitir que un usuario comparta libremente un CD que compró en una tienda ya sea prestándoselo en mano a un amigo o a través de una red P2P?

Y por último, el alto cargo de EMI señala al sector que la industria cultural tiene entre ceja y ceja como gran colaborador en el tema de las descargas: los operadores de banda ancha. Bosé pide "una regulación respecto a las compañías proveedoras de servicios de Internet cuyas cuentas de resultados crecen cada año, pero que ofrecen cada vez servicios más caros y que permiten que la situación de barra libre se haya instalado y pueda usarse a sus anchas por los internautas". Además, asegura que su sello "está presente desde hace más de 10 años en todas las plataformas de distribución legal de contenidos a las que apoyamos y con las que colaboramos de una forma muy favorable".

No obstante, la alternativa del sector más allá de Spotify, el servicio de música vía streaming, es poco visible y su oferta insuficiente para muchos usuarios. Por ejemplo, en el sector televisivo la oferta que existe en la red P2P eMule cuadruplica a la existente por los llamados "medios legales" (aunque las redes P2P no son ilegales). Por tanto, mucho camino por recorrer en un sector que debería dejar de lado tanto maniqueísmo interesado y ponerse manos a la obra para aprovechar el filón que supone Internet para el mercado cultural.

 

Fuente: adslzone