La semana pasada os adelantábamos en exclusiva que Apple se plantea seriamente erigirse como operador móvil virtual para entrar de lleno en el mercado de la telefonía móvil. Su plan pasaría por convertirse en OMV y "eliminar" la figura del operador como distribuidor de su iPhone 4, acaparando así todo el proceso de fabricación, distribución y retribución económica tanto por la venta del terminal como por las llamadas realizadas desde el móvil.

Las grandes compañías se oponen a que Apple se convierta en operador móvil virtual

La primera reacción en el seno de los operadores tradicionales no se ha hecho esperar y parece lejana a ser receptiva. Según publica Expansión.com, los operadores podrían dejar de subvencionar el smartphone de Apple, lo que supondría una importante reducción de ventas del terminal. Esta "amenaza" habría sido planteada en privado según ha informado Financial Times, por lo que los operadores esperan así influir sin hacerlo oficialmente en la intención de Apple.

Un proyecto para operar en todo el mundo

Concretamente la reacción llega tras posible idea de Apple de introducir su propia tarjeta SIM en su próximo iPhone 5, para lo que habría llegado a un acuerdo con Gemalto, una de las empresas líderes en seguridad digital. Esta tarjeta SIM vendría instalada de fábrica y podría activarse (asignándole uno o varios números telefónicos) de forma remota, a través de Internet o por SMS con el operador que el usuario quiera, por lo que el protagonismo de los operadores quedaría muy reducido. Si, además, este operador es Apple, el círculo acabaría cerrado siempre en torno al gigante de Cupertino.

Aunque Apple no ha confirmado ni desmentido esta información, la jugada podría ser redonda. Los usuarios se beneficiarían de tarifas enfocadas por y para su iPhone y no sólo en sus países, sino en los distintos puntos a los que viajasen, dado que el plan de la compañía sería el llegar a ser un operador universal.

Según un informe de Bernstein, el perjuicio para los operadores tradicionales sería muy elevado, ya que podrían ver una reducción de beneficios de hasta 4.000 millones de euros al año. No obstante, los operadores tendrían en sus manos el colaborar con minimizar el acceso al iPhone por parte de los usuarios si dejan de subvencionar los terminales, ya que se estima que entre el 9 y el 12% de los iPhone de todo el mundo son subvencionados. La guerra entre Apple y los grandes operadores parece haber comenzado, aunque por el momento los combatientes sólo se aprovisionan de munición a la espera de que Apple confirme su disparo.

 

Fuente: adslzone