La órbita baja de la Tierra cada vez está llena de más satélites y, al mismo tiempo, en paralelo, también aumenta la basura espacial que se va quedando. Algunos científicos y astrónomos critican las iniciativas de empresas como SpaceX porque creen que no generará nada bueno a largo plazo. No obstante, si hubiera un sistema realmente efectivo para eliminar basura espacial, quizá la situación fuera muy distinta. En este aspecto, Japón podría tener la clave.
Una forma nueva de limpiar el espacio
La Universidad de Tohoku, en Japón, podría tener la clave de la difícil situación en la que se encuentra la comunidad científica en estos momentos. Según cuenta Kazunori Takahashi, su solución tendría capacidad para el diseño de una nueva generación de satélites que tendrían la finalidad de eliminar la basura espacial por medio de un nuevo diseño más avanzado.
Tal y como el propio Takahashi lo ha denominado, se trata de un sistema que utilizaría un “propulsor de plasma sin electrodos de tipo de eyección de plasma bidireccional” para hacer la eliminación de los restos. De manera menos técnica, de lo que trata la idea de Takahashi es de diseñar satélites que, en vez de un solo escape, dispongan de dos unidades. Esta sería la clave del funcionamiento de estos satélites que, una vez entraran en acción, lo que harían sería poner en marcha los escapes en direcciones opuestas.
¿Para qué exactamente? Lo que cuenta Takahashi es que, al tener los dos escapes encendidos en direcciones opuestas, el satélite en cuestión podría mantener la posición sin desplazarse y actuar con efectividad para la eliminación de los residuos. Más allá de esto, la clave se encontraría en que lo que haría este “satélite de limpieza” sería empujar los restos de basura espacial hacia la atmósfera. Esa sería la estrategia: tirarlo todo a la atmósfera para que luego esta se ocupe de quemarlo y dejarlo hecho cenizas. De esta forma se podría simplificar el proceso de limpieza de una manera muy rápida y sencilla que no implicaría recogida ni ningún otro tipo de sistema más complejo.
Una de las particularidades del sistema que ha diseñado Takahashi es que, en vez de usar gas xenón para el funcionamiento del sistema de motor iónico, su opción es gas argón. Tal y como explica en declaraciones a Space.com, “la eficacia es similar al uso de xenón, pero proporcionando un coste reducido para el dispositivo de propulsión”.
Un sistema que necesita potencia
El trabajo de Takahashi y el informe de sus pruebas se publicó en Scientific Reports el día 20 de agosto y resulta un punto de partida muy optimista para la limpieza de la órbita baja. Han sido distintos científicos los que han explicado que, si todo sigue igual, es posible que llegue un momento en el que la humanidad no tenga facilidades para desplazarse a esta parte del espacio. El motivo de ello es que habrá tanta basura espacial que cualquier misión podría estar rodeada por el peligro y, para mayor frustración, sería como consecuencia de las acciones realizadas anteriormente por las propias personas. Debido a esto, todos los científicos saben que necesitan limpiar la órbita sea como sea.
El sistema de Takahashi explica que requiere un gran nivel de potencia para poder funcionar, pero, como forma de reducir el problema, ha desarrollado un sistema magnético de apoyo. Gracias a ello, en las pruebas que ha realizado en el laboratorio, ha conseguido niveles de potencia muy superiores a los que se habían registrado hasta la fecha con los sistemas de eliminación de residuos espaciales. Por ello, es muy posible que, si su proyecto es utilizado, sea posible, finalmente, limpiar la órbita baja de la Tierra.
Fuente: Space.com | Scientific Reports | adslzone