Ahora, este ambicioso plan ha vuelto a la mesa con avances más específicos que van a dar un giro de tuerca a la relación entre Europa y África.
Túnel para conectar España y África
La idea es construir un túnel de 60 kilómetros, de los cuales 28 serían submarinos, cruzando el Estrecho de Gibraltar y conectando directamente España con Marruecos. Con una inversión estimada de 30.000 millones de euros, la obra sería una de las más importantes de la historia reciente, tanto por su magnitud como por su impacto estratégico.
Las vías de comunicación intercontinentales han demostrado ser un motor de progreso social y económico, ya que permiten intercambiar bienes y servicios de una manera más cómoda, rápida y económica, favoreciendo así la competencia empresarial y ampliando la variedad de productos disponibles para los consumidores. Además, promueven el turismo, el intercambio cultural y consolidan un vínculo entre los diferentes países que va más allá del comercio.
Es por eso que un túnel entre España y Marruecos también abriría nuevas oportunidades educativas y laborales, al tiempo que facilita el transporte de mercancías.
El proyecto, que se lleva discutiendo más de treinta años, estuvo paralizado principalmente por falta de interés y de apoyo financiero. Sin embargo, el panorama económico y político reciente ha permitido un gran impulso. En abril de este año, la empresa Secegsa recibió 4,7 millones de euros para estudios preliminares y análisis de viabilidad, aportados por el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea. Los estudios iniciales ya han permitido seleccionar la ruta más viable, el Umbral de Camarinal, técnicamente menos complicado, aunque requiere pasar a 300 metros por debajo del lecho marino.
El túnel estará destinado exclusivamente al transporte ferroviario y se construirá en dos fases, con la primera prevista para entrar en funcionamiento hacia 2040. Además de la longitud submarina, los ingenieros deben superar varios desafíos importantes, como las fuertes corrientes del Estrecho de Gibraltar y la actividad sísmica frecuente en la zona. Para garantizar la seguridad y viabilidad del proyecto, se han encargado estudios geotécnicos y sísmicos a empresas especializadas como Herrenknecht Ibérica y Tekpam Ingeniería, que evaluarán cada detalle antes de iniciar la construcción.
Este túnel submarino, si se completa según lo previsto, sería el más largo del mundo, superando incluso otros emblemáticos proyectos como el que actualmente une Dinamarca con Alemania. Su construcción no solo transformaría la infraestructura ferroviaria, sino que también tendría un efecto económico inmediato al reducir los tiempos de transporte y abaratar los costes logísticos entre Europa y África. Para España, sería un hito en su capacidad de integración internacional, mientras que Marruecos vería reforzada su posición como puerta de entrada al continente africano.
El túnel entre Dinamarca y Alemania, conocido como Fehmarnbelt, es un ejemplo de cómo una obra colosal puede transformar la movilidad y la economía de una región. Con sus 18 kilómetros bajo el mar, reducirá drásticamente los tiempos de viaje entre ambos países. Si finalmente se materializa el proyecto que unirá España con África, la magnitud sería aún mayor, pues duplicaría su longitud y se convertiría en el mayor túnel submarino del mundo.
Además del impacto económico y logístico, la obra tendría un gran valor simbólico. Unir físicamente dos continentes mediante un túnel submarino muestra la capacidad de cooperación entre países y refleja la importancia de la planificación a largo plazo en proyectos de ingeniería civil de gran escala. Los ciudadanos podrían experimentar un cambio radical en la movilidad, facilitando tanto el transporte de personas como la circulación de mercancías, lo que a su vez dinamizaría el turismo, el comercio y la colaboración académica entre ambos lados del Estrecho.