Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Huelva ha desarrollado un nuevo asfalto más resistente, que soporta mejor el calor y que además está fabricado con un ingrediente tan sorprendente como accesible, la paja de trigo. Y nada tiene que ver con la nueva línea roja de la DGT.

El asfalto del futuro: hecho con paja

El proyecto forma parte de la iniciativa GreenAsphalt, que pretende diseñar carreteras más sostenibles y ecoeficientes. Este nuevo asfalto se basa en un aditivo elaborado a partir de celulosa modificada, obtenida de la paja de trigo. Gracias a un proceso de silicación, los científicos han conseguido transformar la celulosa en un material compatible con aceites y betunes, lo que permite integrarlo en el asfalto de manera que sea estable. Como resultado, tenemos un pavimento más elástico y tolerante al calor, que se deforma menos con el paso de los vehículos y que presenta mayor resistencia a las grietas.

Este avance tiene varias lecturas. Por un lado, es un paso adelante en la reducción de la dependencia del petróleo, que hasta ahora dominaba la fabricación de betún. Por otro, abre la puerta a abaratar costes en un sector donde los precios de las materias primas se han disparado. La paja de trigo es un recurso renovable, abundante y biodegradable, lo que hace de este nuevo asfalto una opción mucho más respetuosa con el medioambiente. De hecho, el equipo de investigación ha comprobado que el material obtenido no solo mejora la durabilidad del firme, sino que también reduce la huella contaminante de su producción.

Los resultados de laboratorio son prometedores, y tanto las pruebas térmicas, como los ensayos de fricción y los análisis con microscopía han demostrado que este aditivo basado en paja de trigo refuerza el asfalto frente a las deformaciones y mejora su vida útil. Aunque aún no se ha desplegado de manera masiva, en 2023 ya se probó un primer tramo de carretera con bioasfalto, fabricado a menor temperatura y con una mezcla de áridos vírgenes, polvo de caucho y bioligantes. Ese precedente refuerza la idea de que en los próximos años puedan verse más tramos construidos con este tipo de pavimento en condiciones reales.

La investigación no se queda únicamente en el asfalto. El mismo aditivo desarrollado en Huelva puede aplicarse a otros sectores, como el de las grasas industriales, donde se suele emplear litio, un material caro y escaso que es clave en la fabricación de baterías. Sustituir el litio por derivados de la paja de trigo podría reducir los costes y mejorar la sostenibilidad en este ámbito también.

Las colillas de los cigarros también serán importantes

Otros grupos de investigación, como el de la Universidad de Granada, trabajan en nuevas fórmulas para el pavimento del futuro. Allí se ha desarrollado un asfalto con un componente todavía más llamativo: colillas de cigarrillos. Según sus estudios, las fibras de celulosa y plásticos reciclados de las colillas refuerzan la matriz asfáltica, mejoran la resistencia a las grietas y permiten reducir la temperatura de fabricación, lo que implica un ahorro energético y menos emisiones contaminantes.

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Cada vez más, los proyectos buscan no solo mejorar la durabilidad del firme, sino también hacerlo más barato, más respetuoso con el medioambiente y capaz de aprovechar residuos que hasta ahora eran un problema. La DGT debe ponerse manos a la obra también.

La idea de circular por carreteras fabricadas con paja de trigo o colillas puede parecer extraña, pero lo cierto es que detrás está la idea de convertir lo que antes era un desecho en algo valioso. Y en un país como España, con miles de kilómetros de carreteras y un elevado consumo de combustibles fósiles, cualquier avance en este terreno tiene un enorme impacto.

 

Fuente: El Español | adslzone