Este descubrimiento es todo un paso adelante hacia el conocimiento de este gigante planeta helado, del que todavía queda mucho por desvelar.
Urano tiene nueva luna
La nueva luna ha recibido la designación provisional de S/2025 U1 y apenas alcanza los 10 kilómetros de diámetro, lo que explica por qué hasta ahora no se había visto. Para ponerlo en perspectiva, es más pequeña que muchas ciudades de nuestro planeta Tierra, pero aun así se trata de un cuerpo celeste con órbita propia alrededor de Urano. La Voyager 2, que en 1986 fue la única sonda en visitar de cerca Urano, no pudo detectarla con sus cámaras, y ni siquiera los telescopios terrestres de última generación habían logrado identificarla. Solo el poder del Webb, con su capacidad para captar luz infrarroja con una nitidez sin precedentes, ha permitido descubrirla.
El equipo de investigadores responsable de este hallazgo pertenece al Instituto de Investigación del Suroeste (SwRI) en Colorado. Tras más de diez exposiciones de 40 minutos utilizando la NIRCam del Webb, consiguieron recopilar la evidencia necesaria para confirmar que aquella pequeña mancha luminosa era un objeto real que orbita al planeta. Con este hallazgo, el número de lunas conocidas de Urano asciende ya a 29, aunque los expertos creen que aún quedan más cuerpos por descubrir en ese sistema tan complejo.
Esta «nueva» luna se encuentra a unos 56.000 kilómetros del centro del planeta, muchísimo más cerca que la distancia entre la Tierra y la Luna, que ronda los 384.000 kilómetros. Lo sorprendente es que describe una órbita prácticamente circular, por lo que pudo haberse formado en esa misma región y no haber sido capturada posteriormente como ocurre con otras lunas. Esto aporta pistas muy valiosas sobre el origen del sistema de satélites y anillos de Urano.
🌚 @NASAWebb spotted something new around Uranus.
— NASA (@NASA) August 20, 2025
A previously unknown moon was discovered circling the planet, expanding its orbital family to 29: https://t.co/7Aa0dEBL7q pic.twitter.com/JspZlciNHl
Urano cuenta con cinco lunas principales (Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón), pero en las últimas décadas se han ido descubriendo numerosos satélites menores que complican todavía más el hecho de entender su entorno. Además, muchos de ellos interactúan directamente con los 13 anillos que rodean al planeta, ayudando a mantener su estructura y generando caóticas dinámicas que los astrónomos aún no entienden del todo. La recién descubierta S/2025 U1 se suma a este grupo de satélites interiores, que parecen desempeñar un papel esencial en el equilibrio de los anillos.
Según Matthew Tiscareno, del Instituto SETI, “ningún otro planeta tiene tantas pequeñas lunas interiores como Urano, y estas interacciones entre satélites y anillos sugieren una historia violenta y caótica que aún estamos intentando reconstruir”. La pequeña S/2025 U1, a pesar de su tamaño minúsculo, podría ser clave para entender cómo se formó y evolucionó el sistema de Urano.
Lo curioso es que, siguiendo la tradición, la mayoría de las lunas de Urano llevan nombres inspirados en personajes de William Shakespeare o Alexander Pope. Aunque de momento la nueva luna solo tiene una designación técnica, se espera que en los próximos meses la Unión Astronómica Internacional (IAU) le otorgue un nombre oficial que siga esa misma línea literaria.
Por su parte, los astrónomos afirman que este hallazgo es solo un anticipo de lo que el telescopio James Webb puede lograr en los próximos años. Tiene una enorme capacidad para observar en detalle incluso los planetas más lejanos, permitiendo ver sus sistemas de lunas y anillos y profundizar en el descubrimiento del sistema solar, sobre todo teniendo en cuenta que todavía sabemos muy poco de estos mundos, en especial de Urano y Neptuno, que siguen siendo grandes desconocidos pese a estar a las puertas de nuestra propia vecindad cósmica.