Dicha operación tendrá lugar no antes del 29 de septiembre, un día que podría marcar un hito si las cosas salen como se esperan.
¿Cuál es el objetivo de la misión?
Después de años de desarrollo, retrasos y pruebas, New Glenn se prepara para convertirse en el gran aliado de la agencia espacial estadounidense en su camino hacia Marte. Y es que esta será la primera vez que el vehículo de Bezos transporte carga útil con el planeta rojo como destino. Hablamos de nada menos que las sondas de la misión ESCAPADE, dos módulos o etapas que tendrán como misión estudiar cómo el viento solar interactúa con la magnetosfera marciana y cómo este fenómeno contribuye a que Marte pierda poco a poco su atmósfera.
Meet Blue Origin's Mars Telecommunications Orbiter (MTO), a high-performance spacecraft built upon our existing and affordable Blue Ring platform that is ready to support NASA’s Mars mission in 2028. The orbiter builds upon Blue Origin’s Mars Next-Generation Relay and Mars Sample… pic.twitter.com/cvlt3PNqMA
— Blue Origin (@blueorigin) August 12, 2025
El lanzamiento se conoce como NG-2, ya que será el segundo vuelo del cohete. El primero, realizado en enero de este mismo año, sirvió para demostrar que la bestia espacial de Blue Origin era capaz de alcanzar la órbita terrestre con éxito. Aquella prueba dejó luces y sombras, ya que el vehículo cumplió con su principal objetivo de transportar carga y validar sistemas, pero la primera etapa no pudo recuperarse por un fallo en los motores durante el descenso. Ahora, con varios ajustes técnicos implementados y más experiencia, todo apunta a que este segundo intento no solo será más ambicioso, sino que marcará el verdadero bautismo de fuego de New Glenn en las misiones interplanetarias.
La misión ESCAPADE de la NASA es fundamental para comprender mejor los misterios de Marte. Aunque muchas misiones anteriores han explorado la superficie o la atmósfera, esta se centrará en el entorno magnético del planeta rojo. Las dos naves gemelas que viajarán a bordo del New Glenn llevarán a cabo observaciones simultáneas desde diferentes posiciones alrededor del planeta, algo que hasta ahora no se había hecho con este nivel de precisión. Con esos datos, los científicos podrán reconstruir cómo el viento solar arrastra partículas de la atmósfera marciana y cómo eso afecta al futuro del planeta. Dicho de otra manera, esta misión ayudará a responder a una de las grandes preguntas de la exploración espacial: ¿Marte podría haber sido habitable en el pasado? y, ¿ qué fue lo que cambió para convertirlo en el desierto que conocemos hoy?
El protagonismo de New Glenn en este lanzamiento tiene que ver con que Blue Origin lleva tiempo trabajando codo con codo con la NASA para posicionarse como una alternativa real a SpaceX, la compañía de Elon Musk que hasta ahora lidera los lanzamientos comerciales y las misiones espaciales de gran envergadura. Bezos no quiere quedarse atrás y sabe que poner su cohete en rumbo a Marte con éxito puede ser el impulso definitivo para consolidarse en el competitivo mercado aeroespacial.
Más allá de la rivalidad entre estos dos magnates, lo cierto es que la NASA se beneficia de contar con estos dos grandes proveedores, capaces ambos de llevar sus cargas al espacio. De hecho, si todo sale según lo previsto, Bezos, el propietario de Amazon, abrirá la puerta a nuevas misiones que no solo irán a Marte, sino también a la Luna e incluso a otros destinos todavía más ambiciosos.
Llegar a Marte representa uno de los mayores retos de la humanidad, no solo por el avance tecnológico que implica, sino por el impacto histórico que tendría en nuestro futuro como especie. La exploración marciana es clave para expandir el conocimiento científico, garantizar la supervivencia a largo plazo y abrir la puerta a una nueva era de descubrimientos.
La expectación es máxima. Cada lanzamiento espacial es ya un espectáculo seguido en directo por millones de personas, pero este tiene un componente extra: será la primera vez que New Glenn demuestre su capacidad en una misión interplanetaria, con todo lo que ello implica. No se trata únicamente de enviar dos sondas, sino de consolidar un vehículo que podría ser clave en los próximos años para la exploración de las profundidades del espacio.