Más de 40 incendios están arrasando decenas de miles de hectáreas en varias Comunidades Autónomas y muchos de ellos están sin control. El fuego de Jarilla en Cáceres ocupa más de 130 kilómetros y la Junta de Extremadura está completamente desbordada solicitando ayuda al Gobierno central y criticando la falta de medios. En Galicia se han calcinado cerca de 50.000 hectáreas con la provincia de Orense completamente arrasada. El fuego de Chandrexa de Queixa es ya el más importante de la historia en la Comunidad con 17.000 hectáreas quemadas. Un desastre ecológico que tardará muchos años en recuperarse. En Castilla y León las llamas tampoco dan tregua. La provincia de Zamora es la más afectada, pero también preocupa el fuego de Barniedo de la Reina, a las puertas de Picos de Europa. Dos aviones cisterna enviados por Italia están colaborando en la extinción. La meteorología tampoco está ayudando. En la jornada de hoy media España está en alerta naranja y roja por las altas temperaturas que además están provocando tormentas secas que levantan fuertes ráfagas de viento que avivan los incendios.
Sánchez responsabiliza al cambio climático
El presidente de Gobierno ha comparecido en Orense acompañado del presidente Rueda y del ministro del Interior Grande-Marlaska para proponer un «pacto de estado para la emergencia climática», responsabilizando directamente al clima de la virulencia de los incendios. La realidad tangible es que la inversión en prevención ha caído a la mitad en los últimos quince años siendo responsabilidad del Gobierno Central y también de las Comunidades Autónomas.
Según datos de la Asociación Nacional de Empresas Forestales (Asemfo) la suma del Gobierno central y las CCAA destinada a prevención de incendios ha pasado de los 364,1 millones de euros en 2009 a 175,8 millones en 2022. Una caída de más del 50% que tiene que además este año cobraba especial importancia después de las cuantiosas lluvias que regaron las zonas más afectadas. Aunque Pedro Sánchez ha anunciado un «gran pacto de Estado» para la «mitigación y adaptación de la emergencia climática» y de esa forma responder mejor a los ciudadanos, las redes sociales están criticando duramente la gestión de los políticos.
Por un lado, está la reducción presupuestaria de la prevención y, por otro lado, las pésimas condiciones salariales de los bomberos forestales que cobran apenas 1300 o 1400 euros mensuales. Con jornadas de hasta 16 horas y durmiendo en pabellones, este colectivo que suma 25.000 efectivos entre todas las comunidades, reclama mejores condiciones. En los incendios de León, algunos sindicatos han señalado que hay problemas de avituallamiento y alimentos. También critican que la organización de los mandos ha sido totalmente nefasta.
La realidad es que el cambio climático tiene mucho que ver con las elevadas temperaturas que está sufriendo la península Ibérica, pero, no hay que olvidar que la gestión de las Administraciones Públicas ha dejado mucho que desear. Es inexplicable que el Gobierno invierta en chiringuitos sin ninguna trascendencia y no en la prevención de incendios que por desgracia en los próximos años irán a más.
Fuente: adslzone