A lo largo de esta semana, los controles se intensificarán tanto en las vías interurbanas como en las urbanas, llegando a los 30.000 diarios. Durante el verano, los siniestros en carretera aumentan y muchas veces está relacionado con el consumo de alcohol o drogas. Por ese motivo, la DGT ha puesto en marcha una nueva campaña de vigilancia y control, con la participación de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, y las diversas policías autonómicas y municipales.
Esta iniciativa forma parte de una colaboración con la Federación Nacional de Lesionados Medulares y Otras Discapacidades Físicas (ASPAYM), con la que la DGT lleva concienciando desde 2007. Bajo el lema «No corras, no bebas… no cambies las ruedas», las personas voluntarias con lesión medular víctimas de un accidente de tráfico acompañarán a los agentes en los controles en varias provincias (Asturias, Cádiz, Córdoba, Cuenca, Jaén, Madrid, Murcia y Sevilla). De este modo, buscan concienciar a los conductores sobre el gran riesgo que supone conducir tras ingerir algún tipo de sustancia psicotrópica.
El alcohol: la segunda causa más común de siniestralidad vial en España
Los últimos datos consolidados de la DGT, recogidos en 2023, indican que 246 personas fallecieron en España por accidentes de tráfico provocados por el consumo de alcohol. Según señala el organismo español, representaron el 26% de los siniestros mortales de ese año.
Más allá de los accidentes mortales, diversos estudios demuestran que las lesiones sufridas en los incidentes donde el alcohol está presente suelen ser más graves y tienen peor pronóstico. Según la DGT, el alcohol estuvo presente en el 13% del total de incidentes en carretera registrados en 2023. «Estas cifras lo convierten en la segunda causa de siniestralidad vial, solo por detrás de las distracciones y por delante de la velocidad», explica la DGT en su comunicado.
Tal y como comentan en la nota oficial, el alcohol actúa como depresor del sistema nervioso central. Este afecta a funciones esenciales para una conducción segura (percepción, tiempo de reacción, coordinación y capacidad de juicio). Aunque como conductor creas que tienes el control, la DGT advierte que tu organismo «está sometido a alteraciones que aumentan exponencialmente el riesgo de accidente».
Incluso si bebes poco, el tiempo de reacción disminuye y, ante cualquier imprevisto en la vía, como la aparición repentina de un peatón o el frenazo del vehículo de delante, podrías provocar un accidente. «La evidencia científica y los datos estadísticos muestran que la única tasa segura de alcohol al volante es 0,0%», aclara la Dirección General de Tráfico.
¿Cómo es el protocolo de un control de tráfico?
En un control de tráfico, pueden realizarte tres tipos de prueba:
- Prueba de alcoholemia: Se realiza una primera medición con un etilómetro de aproximación. Si el resultado es positivo o hay síntomas evidentes, el conductor deberá someterse a una segunda prueba de contraste pasados 10 minutos.
- Prueba de drogas: se trata de un test de saliva que detecta la presencia de sustancias en el organismo en 5-10 minutos.
- Derecho a contraste: si un resultado sale positivo, el conductor tiene derecho a solicitar una segunda prueba, que consiste en un análisis de sangre. Si sale positivo, deberá pagar los gastos. (Art. 28.2 del Reglamento General de Circulación)
Tasas máximas de alcohol permitidas en España y multas
Ingerir alcohol o drogas y conducir no solo supone un riesgo para la seguridad vial, sino que te puedes enfrentar a multas de miles de euros e incluso entrar a la cárcel. Dependiendo del tipo de conductor, el límite de alcohol en sangre o en aire espirado varía:
- Conductor general: 0,5 gr/l en sangre o 0,25 mg/l en aire espirado.
- Profesionales o noveles: 0,3 gr/l o 0,15 mg/l.
- Menores de edad: 0,0% en sangre y en aire espirado.
Si la tasa de alcohol supera los límites marcados por la DGT, pero no llegan a los 0,50 mg/l en aire espirado, la sanción es de 500 euros y retiran hasta 4 puntos del carnet. En el caso de que el conductor dé más de 0,50 mg/l, la multa es de 1.000 euros y 6 puntos. Los reincidentes pagan siempre 1.000 euros y, dependiendo de la tasa dada, les retirarán 4 o 6 puntos de su licencia de conducir. La DGT aclara que si se detecta presencia de otras drogas en el organismo, multan con 1.000 euros y 6 puntos.
Cuando las tasas de alcoholemia superan los 0,60 mg/l en aire o 1,2 gr/l en sangre, los conductores pueden enfrentarse de tres a seis meses de prisión, de seis a doce meses de multa o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días. Además, se les priva del derecho a conducir de uno hasta cuatro años.
Por su parte, conducir bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas conlleva siempre a penas de prisión. Este delito tiene el mismo castigo que el consumo de alcohol con tasas superiores a 0,6 mg/l.
También es delito si el individuo se niega a someterse a las pruebas, tanto de alcoholemia o de drogas. En ese caso, pueden enfrentarse a penas de prisión de seis meses a un año y privación del derecho a conducir de uno a cuatro años.