La humanidad llegó a la Luna en 1971. Y ahora nos preparamos para volver en 2030. En el momento en el que los astronautas de la misión Artemis hagan historia de nuevo, lo harán con un vehículo que sorprenderá por lo avanzado que será. En comparación al rover que se utilizó a inicios de los 70, será algo que cambiará de forma extrema el desplazamiento por la superficie de la Luna. No obstante, como te indicamos, la NASA todavía tiene que elegir un coche entre las tres propuestas que ha pre-aprobado.

Los mejores proyectos

Desde la NASA quieren asegurarse de tener el mejor vehículo posible. Por ello, han pre-aprobado tres modelos en los que está trabajando la crème de la crème del sector. Los tres tienen un aspecto fabuloso y diversas características que los hacen únicos, pero en el momento de la verdad, solo uno será elegido para viajar hasta la Luna.

Las empresas cuyos proyectos han pasado a la última fase de esta selección son nombres bien conocidos en el sector científico que es muy posible que te suenen: Intuitive Machines, Lunar Outpost y Venturi Astrolab. Sus prototipos ya han sido presentados en imágenes que puedes ver a lo largo de esta noticia (en el mismo orden que hemos puesto los nombres de las empresas), aunque hay que añadir que posiblemente los modelos finales que se presentarán en 2025 no serán exactamente iguales. La NASA les ha dado a los tres equipos un total de 12 meses adicionales en los que van a poder seguir trabajando en el proyecto y así conseguir un vehículo insuperable.

¿Qué requisitos tiene el coche?

Aunque la NASA proporciona cierta flexibilidad a los fabricantes para que innoven y traten de incorporar ideas en sus diseños, hay algunos rasgos que son obligatorios. Por ejemplo, todos deben tener capacidad para dos plazas y su interior no tiene que tener presión. Esto último implica que los astronautas no podrán aprovechar el tiempo que pasen en el coche para quitarse su traje. No obstante, es algo a lo que la NASA le da una gran importancia y que nunca ha dejado de estar entre sus prioridades.

Además de esto, el coche tendrá capacidad para desplazarse sin un astronauta en el asiento del conductor y contará con otras funciones que le permitirán ayudar a los miembros de la misión Artemis en su trabajo. Otra condición será que el coche pueda ser autónomo y que tenga la posibilidad de ser utilizado en distintos contextos sin que los astronautas estén en la Luna. Podría ser, en el futuro, una herramienta valiosa para los planes que tiene la NASA.

No obstante, la agencia ha dejado claro que el reto no es sencillo. Primero de todo, ha especificado que no va a pagar por el coche, sino que pagará por el servicio que proporcionará la empresa fabricante. En cualquier caso, esta cifra se contabiliza en miles de millones y posiblemente no será un problema. Lo que sí resulta un desafío es cumplir con otra condición de la NASA: el coche que seleccionen tendrá que estar en la Luna esperando a los astronautas. Y ellos no moverán ni un dedo para que eso se haga realidad. Tendrá que ser el propio fabricante el que se ocupe de llevar el coche a la Luna y luego de hacer una demostración de su uso en el momento en el que ya se haya depositado sobre la superficie.

Desde la NASA, para avivar más el fuego, dicen que aunque la misión se realizará en 2030, cuanto antes esté el coche en la Luna, mejor. Una vez se concrete la elección del vehículo y sea llevado a la Luna, será clave para la exploración y colonización de la parte sur del astro, donde se espera que, por la presencia de hielo, se puedan conseguir grandes cosas. Entre las tres candidatas, Intuitive Machines, que ya tiene contratos con la NASA, parece la que está mejor posicionada. Al fin y al cabo, de momento ya han llevado un vehículo a la Luna, aunque no el de esta noticia.

 

Fuente: Space | adslzone