La TDT nos proporciona un buen número de canales que podemos ver más o podemos ver menos, pero entre ellos, La 1 siempre es una cadena a la que recurrimos en algún momento. Ya sea por la cantidad reducida de anuncios o porque algunos de sus programas siguen contando con atractivo, es un canal que mantiene su audiencia. ¿Pero es tan relevante hasta el punto de plantearnos pagar por verlo?

En Japón eso es lo que pasa

Déjame que te hable de la NHK, la principal empresa televisiva de Japón y de unas dimensiones mundiales que, internacionalmente, solo supera la BBC. Esta entidad dispone de varias cadenas y de distintos canales, entre ellos NHK-TV1, que sería lo que podemos considerar como la versión japonesa de La 1. También tiene NHK-TV2, que no es La 2, sino que se trata de una versión en inglés del primer canal, con distintos contenidos, pero el mismo tipo de objetivo. Y, en tercer lugar, tienen NHK-TV3, que es la versión japonesa de Boing, con contenidos para niños como los que también hay en la TDT.

Estos canales se sintonizan de forma predefinida en la TDT japonesa, estando disponibles, por supuesto, también en cualquiera de los servicios de televisión que se pueden contratar, como los equivalentes nipones de Movistar o Vodafone TV. Pero, lo distinto, es que para ver los canales de NHK, todos los ciudadanos deben hacer un pago mensual. Sin excepción.

Pagos directos a la cadena

En España, tanto La 1 como el resto de canales del estado se financian con subvenciones o mediante los impuestos que se cargan a las empresas de telefonía y televisión. Lo cierto es que nuestro país es uno de los pocos de Europa donde los ciudadanos no pagan de forma directa una tarifa por su televisión. En otras naciones es un canon, mientras que en Japón es una tarifa de recepción.

Tal y como puedes comprobar por ti mismo si entras en la web de la NHK, el 100% de la financiación de la cadena se alimenta de los pagos que hacen los ciudadanos. Hay más de 55 millones de hogares en Japón y, de cada uno de ellos, se obtiene ese impuesto-pago-suscripción, o como quieras llamarlo. Esto se refuta con el artículo 64 de la Ley de Radiodifusión de Japón. En este artículo se estipula que todas las personas que dispongan de un dispositivo capaz de recibir la señal de NHK, tendrán que firmar un contrato por ley que implicará el pago de una tarifa mensual o anual.

Solo hay una forma de librarse. Una sola. Y prácticamente nadie consigue cumplirla. Esta excepción es no disponer de ningún tipo de dispositivo que te permita ver la cadena. El problema es que, en los últimos años, la ley ha dejado de cubrir únicamente televisiones y ha comenzado a abarcar también smartphones, tablets, monitores y prácticamente todo lo que tenga pantalla. El motivo de ello es que la cadena NHK también se puede ver en Internet, en su página web o app, entre otros métodos, por lo que con un teléfono móvil ya estás siendo objetivo de la recepción de la señal. Y si dices que tú nunca verás esa cadena, como quizá nunca verías La 1, no será una excusa para dejar de pagar la mensualidad. Tendrás que pagarla te guste o no.

¿Cuánto hay que pagar?

En la misma web que te hemos dejado enlazada antes puedes ver la lista de precios actualizada con la última revisión que se llevó a cabo en 2020. Porque sí, los precios aumentan a medida que pasa el tiempo y sube la inflación o los costes que afronta la cadena. Puedes ahorrar un poco si pagas con tarjeta de crédito, si haces el pago por adelantado de seis meses o si pagas un año completo por anticipado.

Las tarifas mensuales son de unos 8 euros al mes si tienes emisión de señal terrestre y de alrededor 14 euros mensuales si tu señal es satélite. El pago anual se queda en 88 euros para la terrestre y en unos 155 euros para la satélite, lo que no son precisamente unos costes que te hagan pensar «bueno, no importa, vamos a pagar».

¿Qué ocurre si no pagas?

Por supuesto, el pago de la tarifa de NHK es la comidilla entre todos los ciudadanos por mucho que la mayoría no piense en ello y simplemente haga el pago. Hay que pensar que el canal principal comenzó a emitir en 1953 y que es el que siempre se conecta cuando se buscan las últimas noticias o si se produce algún tipo de emergencia, como un terremoto. Por ello, es habitual que los japoneses simplemente hagan el pago y lo dejen estar.

No obstante, no ocurre igual con todo el mundo. Hay muchas personas que, ya sea por la inflación o porque en estos tiempos no se ve tanto la televisión, han empezado a quejarse. No solo eso, sino que también hay casos de quienes dejan de pagar el servicio para ahorrarse ese dinero todos los meses. Sin ser una sorpresa, entre la comunidad de extranjeros es donde más se aplica la negativa al pago. No por llevar la contraria a las autoridades japonesas, sino porque la mayor parte de extranjeros no acaba de entender el motivo por el cual deben hacer este abono mensual. En casos como el del vídeo de TikTok que te compartimos a continuación, se lleva al extremo al considerarlo un scam, pero lo cierto es que no lo es, es parte de la ley japonesa (que parezca un scam es un concepto distinto).

Y por lo tanto, ¿qué ocurre si te niegas al pago? Lo cierto es que, normalmente, nada. Pero la NHK tiene una gran cantidad de empleados cuyo único objetivo es recorrer las ciudades tocando las puertas de quienes no están haciendo el pago. Tal y como estos empleados de NHK reconocen, «no sabemos quién ve el canal, pero sí sabemos quién no ha pagado», por lo que simplemente aplican la técnica del martillo pilón y repiten la visita de forma frecuente hasta que el ciudadano en cuestión decida pagar. Esto, por supuesto, se convierte en un generador de momentos delicados, situaciones incómodas y carne de meme. Porque los empleados de NHK buscan estrategias para ir a las casas cuando saben que habrá personas dentro, como en los días festivos en los que esté lloviendo.

Además, cuando los vecinos les abren la puerta, estos profesionales intentan mirar por el trozo abierto para comprobar si vislumbran una televisión en el interior. Eso se convierte en uno de sus argumentos más poderosos, puesto que los japoneses que se niegan a pagar, así como los extranjeros, ya tienen una amplia serie de técnicas para evitar hacerlo. Desde «no tengo televisión, tampoco tengo móvil, ni ningún otro tipo de pantalla» hasta «no hablo japonés, ni tampoco inglés, solo hablo español», pasando por «no vivo aquí, pero me gusta abrir la puerta y ahora estoy solo en casa». Las excusas a las visitas presenciales se acumulan hasta que NHK comienza a enviar cartas (no certificadas) en las que se insta a la familia a hacer el pago de la cuota. Y luego vuelven las visitas y la insistencia hasta que se firma el contrato.

Pero si no lo firmas, no hay ningún castigo, multa ni penalización. El artículo 64 no especifica ninguna multa y la única forma de acabar teniendo problemas por impago es firmando el contrato y luego dejando de pagar. En ese caso sí es un problema, porque ya te habrás comprometido con tu firma. No obstante, en cualquier momento la ley podría cambiar. ¿Qué harías tú si algo así pasara en España? En Japón, aunque no haya multas, la mayor parte de la sociedad hace el pago de la suscripción. ¿Tú también la pagarías?

 

Fuente: adslzone