Hay quienes lavan las toallas a diario. Otras personas hacen todo lo contrario y las aguantan incluso durante una semana. Un punto medio debería ser más razonable, pero como te puedes imaginar, los científicos tienen una explicación más sesuda para que entiendas cuál es la frecuencia más conveniente en el lavado de las toallas.

Estamos rodeados de bacterias

Ten en cuenta algo muy simple: las personas vivimos rodeadas de bacterias. Hay multitud de microorganismos en nuestra piel, a nuestro alrededor y en todas partes. Están ahí y convivimos con ello sin mayor problema. Las bacterias no nos suelen molestar, y nosotros tampoco las molestamos a ellas (en cierto modo). Pero hay que ser conscientes de que pueden ser caprichosas y que las podemos trasladar fácilmente de la piel a la toalla. ¿Y qué pasa cuando se independizan?

Eso es lo que la ciencia quiere que recordemos y de lo cual nos piden que seamos conscientes: Si nos secamos con una toalla y desde nuestra piel le mandamos bacterias a la toalla, ¿qué harán esas bacterias luego? Imagina lo bien que se lo van a pasar las bacterias en un entorno húmedo y oscuro como una toalla que esté dentro del baño. Será el lugar ideal para que crezcan y continúen su camino. Pero eso no es algo que queramos que ocurra.

Hay que poner la lavadora

No queremos que esas bacterias sigan creciendo, que se reproduzcan y que sigan a lo suyo. Piensa que la próxima vez que te seques con esa toalla, volverás a restregar las bacterias sobre tu piel. Como vinieron de ti, seguramente no haya ningún tipo de problema. Sí que podría haberlo si tuvieras una herida abierta, la piel excesivamente reseca o si estás enfermo. Pero, por lo general, reusar la toalla no tiene un nivel de riesgo elevado pensando en la presencia de las bacterias (otra cosa es que te parezca más o menos desagradable frotarte las bacterias una y otra vez).

El problema principal de dejar las toallas secándose de un día para otro es que es muy posible que las dejes secando dentro del baño. Lo más probable es que detrás de la puerta o colgadas en un toallero. Eso significa que la toalla que has dejado mojada está relativamente cerca de la taza del váter. ¿Te imaginas qué implica eso? Que otras bacterias van a estar en contacto y que podrán llegar a la toalla, lo que sí haría que la situación se complicase.

Dice un microbiólogo de la Universidad de Arizona, Charles Gerba, que hay muchas bacterias peligrosas que pueden estar en el baño y que tendrían posibilidad de pasar a la toalla, como la Escherichia coli o incluso la salmonella. En sus análisis, ha descubierto que un 90% de las toallas que se dejan en el baño estaban infectadas con Escherichia coli, así como con otras bacterias en porcentajes menores.

Su aviso no solo se aplica a las toallas de la ducha, sino también a las que todos compartimos en casa para secarnos las manos después de haber ido al baño. Lo que dice Gerba es que es muy frecuente que, después de haber ido al baño, te laves las manos por encima, sin profundizar, y que te las seques en la toalla. A ti no te lo parece, pero como no te has lavado las manos a fondo, has dejado bacterias en la toalla. Con el paso de los días, esas bacterias se siguen multiplicando y tú, en algún momento, te habrás secado la cara usando la misma toalla. Para el experto, hacer eso es peor que meter la cabeza dentro del retrete. Asqueroso.

¿Cada cuánto las lavamos?

Hay distintos estudios y no hay una autoridad científica principal que haya dicho «hay que lavarlas x veces». Pero sí que podemos ver las pruebas que se han realizado para llegar a una conclusión a modo de media. Así, por ejemplo, las indicaciones que hace el American Cleaning Institue es que las lavemos cada tres o cuatro usos. Es importante tener en cuenta que se habla de «usos» y no de días, por lo que si en verano te duchas por la mañana y por la noche, será algo a recordar.

Las investigaciones de Charles Gerba le han llevado a la conclusión de que lo mejor es lavar las toallas cada dos usos, e incluso después de cada uso en el caso de tener niños pequeños en casa. Va más allá y recomienda que los lavados de las toallas sean muy a fondo y no simplemente dándoles un enjuague con agua.

En otro estudio, la conclusión es mucho más relajada, dado que indica que lavando las toallas una vez a la semana es más que suficiente para no sufrir ningún problema. Pero todos los especialistas, tanto los que recomiendan lavar de forma más habitual como los que son más flexibles, recuerdan algunos aspectos básicos a tener en mente, como que hay que tener cuidado con las heridas abiertas. También es recomendable que no se compartan las toallas, a la vista que puede suponer más riesgo de exposición a infecciones.

Y, por otro lado, aunque no siempre laves las toallas después del uso, sí que te tienes que asegurar de dejarlas secando de forma que puedan respirar y que no estén en un lugar de riesgo como dentro del baño. Es mejor que, por ejemplo, las saques a la galería y que las seque el sol de forma natural.

 

Fuente: adslzone