Si hace calor y estás sudando a chorros, seguro que lo primero que haces es beber agua. Pero el trabajo de varios estudios, entre ellos el que se ha llevado a cabo desde la Universidad de San Andrews, en Escocia, demuestra que el pensamiento generalizado está equivocado. Han puesto a prueba distintas bebidas y la vencedora no es precisamente el H2O.

La leche es la respuesta

Por supuesto, el agua es una buena bebida para hidratarse. Esto es algo que se ha confirmado en el estudio y que ya te podías imaginar. Al fin y al cabo, no podía ser que millones de personas estuvieran tan equivocadas. Lo que sí sorprende es que haya una opción mejor: la leche. El agua hidrata y tiene una buena capacidad para que te sientas mejor bajo un intenso calor, pero le faltan elementos adicionales en su composición que beneficien a que su capacidad de hidratación sea más elevada.

Hay tres posibilidades que los científicos han mencionado que consiguen que los líquidos sean más hidratantes y que, en la leche, por su composición, alcanzan su mejor rendimiento. Se trata de proteínas, grasas o azúcares. Eso sí, en una pequeña cantidad. Una pizca de uno de estos componentes en una bebida ayuda a que el periodo de hidratación del que disfrutes sea más efectivo y más duradero.

Así reacciona tu cuerpo a la leche

Dice el profesor Ronald Maughan, que es quien ha estado al frente de este estudio, que la leche tiene los tres elementos que hemos mencionado. Incluye lactosa, que es el azúcar de la leche, proteínas y grasas. Otro de sus componentes que actúa de manera beneficiosa es el sodio, el cual se ocupa de que absorbas mejor los líquidos y que expulses una menor cantidad de ellos. Eso explica el motivo por el cual beber leche no produce tantas ganas de orinar como la ingesta de otros líquidos.

A partir de ahí, Maughan explica que hay que tener en cuenta que, a medida que bebemos, el estómago va expulsando el líquido y este pasa a la corriente sanguínea. Cuando ocurre esto, se produce el efecto de hidratación en el cuerpo. La leche y sus componentes tienen la particularidad de producir que ese momento en el que se expulsa el líquido desde el estómago se ralentice, lo que significa que todo el proceso de hidratación es más largo. Como conclusión, te mantienes hidratado un mayor periodo de tiempo incluso si bebes la misma cantidad que otro líquido como el agua.

Estos resultados confirman las teorías y conocimientos previos que teníamos sobre los electrolitos, que se ocupan de que la hidratación sea superior. Pero los expertos recomiendan analizar esta información con precaución y no sacar conclusiones a la ligera. Se podría pensar que sería todavía mejor que la leche un zumo o una bebida refrescante como una cola que tenga más azúcar y grasas. No obstante, no es así. Una alta concentración de azúcares como la de estas bebidas genera osmosis y eso provoca que se consuma incluso más agua, puesto que el cuerpo la envía al intestino delgado para diluir el exceso de azúcar. Por ello, no se debe confiar en estas bebidas como remedio a la hidratación y sí depositar nuestra confianza en la leche. Además, las bebidas refrescantes y los zumos tienen más grasas y otros elementos que, a la larga, acaban siendo más nocivos para el organismo.

Ahora que ya sabes que la leche es más hidratante que el agua, quizá tengas que plantearte cambiar la bebida que te llevas al gimnasio en tu botella. ¿Qué te parece la idea? Quizá te resulte una opción un poco rara al principio, pero los beneficios de los que disfrutarás serán superiores. ¿Hacemos la prueba?

 

Fuente: adslzone