Un 70% de los artículos que se ponen a la venta en la línea de caja no son sanos. Se trata de un porcentaje preocupante en el cual la profesora asociada Jennifer Falbe, autora de la investigación, quiere hacer especial hincapié para evitar que los ciudadanos sigan exponiéndose a tener problemas. Por lo que parece, en cierta manera, los propios supermercados han estado actuando sin pensar en la salud de sus clientes. ¿Por qué?
¿Qué hay en la línea de caja?
Hazte esta pregunta e intenta recordar qué es lo que sueles encontrar en los pequeños estantes que te encuentras en este lugar mientras estás esperando a pagar. Seguro que no te cuesta llegar a la misma conclusión que ha llegado el estudio. En el mismo, el cual se ha publicado en la publicación especializada Current Developments in Nutrition, se indica que un 31% de los productos en esta parte del supermercado son caramelos (incluyendo sus muchas variantes), un 11% bebidas azucaradas, un 9% snacks salados (como patatas fritas) y un 6% otros dulces.
Con esas cifras, que son tan reales tanto en Estados Unidos, donde se ha llevado a cabo el estudio, como en España y en la práctica mayoría de países del mundo, no se puede decir que no haya que mirar mal a la línea de caja. Porque, por mucho que nos hayamos estado resistiendo a comprar estos artículos en la visita al supermercado, tenerlos ahí tan cerca será algo difícil de resistir. La tentación llama a la puerta y, por lo general, nunca suele ser para nada bueno.
Es una posición muy deseada
Lo cierto es que, tal y como leemos en el estudio, los espacios de venta que hay en la línea de caja están muy cotizados y resultan ser un valor que se cotiza a un precio muy alto entre las marcas. No es que tu supermercado esté intentando que hagas que tu salud se reduzca y que ingieras malos alimentos, sino que todo acaba siendo una cuestión de dinero. Las grandes empresas del caramelo y las bebidas pagan por estar presentes en esa posición de lujo en la que saben que siempre acaban «rascando» ventas. No tiene que ser una norma para todos los supermercados, pero sí que será algo que funcione de esta manera en algunos.
Al fin y al cabo, se trata del único punto del supermercado por el que pasan todos los clientes y donde, por la necesidad de esperar, se produce la aparición de la compra impulsiva. Te puedes haber estado resistiendo toda la visita a comprar una caja de donuts, pero si te los encuentras delante de ti y ves el azúcar que los recubre, va a ser difícil que dejes pasar la oportunidad. Todavía será peor si ves un cartel de oferta o si el precio es reducido.
Para el estudio se han realizado análisis en supermercados de distintas zonas de Estados Unidos, incluyendo en el mismo los de Berkeley, donde tiempo atrás se implementó la norma de que las líneas de caja solo podían contener una cantidad determinada de productos que no fueran sanos para las personas. Así es como se ha comprobado que el efecto de poner alimentos más saludables en esta posición del supermercado puede ser algo positivo para los ciudadanos sin que afecte a las ventas. La compra impulsiva sigue existiendo, pero al menos deriva en la adquisición de alimentos más sanos.
Por otro lado, en la investigación se concluye, además, que las grandes cadenas de supermercados son las que, hoy por hoy, están cuidando más la selección de alimentos que ponen en las líneas de caja y que las pequeñas tiendas de barrio son las que ponen más azúcar y bollería. No obstante, en este caso sí que podríamos decir que posiblemente hay una gran diferencia con las tiendas de España, donde es frecuente que pequeñas tiendas de alimentación de barrio ofrezcan productos más saludables.
Sabiendo como sabemos que la línea de caja no nos proporciona nada bueno en la mayor parte de los casos, la recomendación de los científicos es que intentes no dejarte tentar y que hagas un plan de lo que vas a comprar antes de llegar al supermercado. Al margen de eso, intenta mantenerte firme con lo que tengas en la cesta de la compra y no añadas nada en el último momento. ¡Tu salud te lo agradecerá!
