En nuestro país, la antigüedad media del parque de turismos, que representa el 70% del total de automóviles, se sitúa en los 11,5 años de media. Es por ello que hay que tenerlos en un correcto estado de mantenimiento para que la seguridad vial pueda ser lo mejor posible.

Antigüedad del vehículo y siniestralidad

La Dirección General de Tráfico considera la antigüedad como un factor determinante en la siniestralidad de un vehículo. “La antigüedad del vehículo está relacionada con su nivel de seguridad […] y el riesgo de fallecer o resultar herido hospitalizado se incrementa con la antigüedad”.

Concretamente, se estima que el riesgo de fallecer o resultar herido grave se multiplica por dos al comparar los accidentes ocurridos con vehículos de 10 a 15 años de antigüedad, en relación con vehículos de menos de 5 años.

Un coche antiguo no es el único elemento de riesgo. Otro aspecto vinculado a la seguridad del vehículo y su contribución a la seguridad vial es la necesidad de mantenimiento del vehículo, que es proporcional a su antigüedad. Un vehículo con deficiencias en los sistemas de frenado, la suspensión, la dirección o los neumáticos es un vehículo más propenso a sufrir un siniestro.

Control móvil de ITV

Por ello, pone en marcha una iniciativa en conjunto con la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, a la que también se sumarán policías locales y autonómicas. En estas ITV móviles se controlará el estado mecánico de miles de coches sobre el asfalto. Aunque un vehículo tenga una Inspección Técnica en vigor, su mantenimiento desde que se diera el ‘ok’ puede no ser el adecuado.

Esta campaña de control tiene el fin de contribuir a reducir los comportamientos y actitudes que implican un abandono de las condiciones óptimas del vehículo, buscando incrementar el impacto de la vigilancia en relación con las conductas de riesgo. Los agentes involucrados se centrarán en revisar el adecuado mantenimiento y puesta a punto de neumáticos, frenos, luces y señalización o ITV favorable, entre otros elementos.

Para considerar que tenemos un mantenimiento adecuado en marcha, hay que controlar todos los elementos de seguridad del vehículo. Es necesario prestar una especial atención al mantenimiento y puesta a punto de estos elementos:

  • Dirección: revisar principalmente la presencia de holguras, ruidos, vibraciones, dureza anormal al girar o desgaste irregular en neumáticos.
  • Frenos: controlar estado de pastillas/zapatas, discos y nivel de líquido de frenos.
  • Suspensión: que no haya deterioro porque dependen la estabilidad y capacidad de frenado.
  • Neumáticos: comprobar la profundidad del dibujo (1.6 mm como mínimo), deformaciones, desgaste irregular y presión (en frío).
  • Luces: revisar tanto intermitentes como el alumbrado: deben estar en perfecto estado y bien regulados. Hay que recordar que su finalidad no es solo la de ver, sino también la de ser visto.
  • Batería: revisar si hay problemas al arrancar y observar si se han sulfatado los bornes.
  • Niveles y filtros: controlar el nivel del líquido de frenos, limpiaparabrisas, aceite, así como la tensión de las correas y el estado de los filtros de aceite, aire y polen.
  • Aire acondicionado: además del confort, un aire acondicionado en plenas condiciones ayuda a disminuir la fatiga al volante, lo que se hace imprescindible para una mayor seguridad vial.
  • Lunas y limpiaparabrisas: debemos verificar que el parabrisas no presenta daño alguno, ya que es una pieza fundamental en la resistencia estructural del vehículo, en la eficacia del airbag y en la de ser soporte de cámaras y sensores de dispositivos de ayuda a la conducción.
  • Sistema de inyección: estar pendientes de aumentos del consumo, tirones al arrancar o en marcha, haga revisar el sistema de inyección (carburación en coches antiguos).

 

Fuente: adslzone