Por muchos motivos, la Tierra es el planeta perfecto. Puede ser una idea que no te convenza, pero si se analiza lo que nos proporciona el mundo de una manera científica y se compara con otros de los planetas existentes, verás que tenemos mucha suerte. ¿A quién le gustaría vivir en un planeta helado donde las temperaturas sean mínimas en toda la superficie? ¿O en uno donde haya océanos de lava en vez de mares con agua? ¡Es impensable!

¿Es mejor un planeta superhabitable?

El concepto de planeta superhabitable muy probablemente ya lo hayas oído antes. Ahora que los científicos tienen que estudiar contrarreloj las posibles vías de supervivencia de la raza humana en una situación apocalíptica, es una idea que está en boca de todos. Se trataría de un hipotético planeta que tendría unas condiciones incluso más favorables que las de la propia Tierra. Pero eso no es fácil de conseguir.

Un planeta superhabitable debería disponer de más biodiversidad y de un mayor nivel de biomasa. Eso garantizaría unas condiciones de vida realmente favorables y con las que se podría llegar incluso a superar las condiciones favorables de la Tierra. No obstante, este tipo de planetas todavía no han sido detectados, solo existiendo en la imaginación de los científicos y sobre el papel entre los cálculos y previsiones que se están haciendo sobre lo que todavía podría esconder la galaxia para la humanidad. Pero, indudablemente, si llegase a descubrirse un planeta superhabitable, sería una oportunidad perfecta para que las personas puedan encontrar un nuevo lugar donde vivir.

¿Cómo deberían ser estos planetas?

Tal y como mencionan varios científicos y leemos en Big Think, uno de los factores con los que el planeta superhabitable superaría a la Tierra sería si, en vez del Sol, tuviera otro astro. Tendría que cambiar esta estrella de clase G, que se trata de una estrella amarilla, por una de clase K, una naranja. Lo que obtendríamos con ese cambio sería que sufriríamos una menor exposición a rayos ultravioletas y a otras amenazas como los rayos X. En la práctica, eso significaría que podríamos evitar todos esos riesgos a los que nos estamos exponiendo en la actualidad cuando tenemos contacto directo con el sol.

Por otra parte, que el planeta tuviera ese tipo de estrella en sustitución del Sol, sería una buena garantía para garantizar que la vida de la sociedad estaría garantizada durante un mayor periodo de tiempo. ¿Por qué? Porque con el Sol, lo cierto es que estamos, en cierta manera, condenados. Las previsiones de los científicos apuntan a que al Sol le quedan unos mil millones de años hasta que provoque una temperatura y radiación en el planeta a la que será imposible sobrevivir. Eso será algo que nosotros no veremos, pero a lo cual nuestros descendientes se tendrán que enfrentar. Con una estrella naranja el planeta tendría un buen entorno garantizado durante mucho más tiempo, ya que estas pueden sobrevivir alrededor de 15 mil millones de años.

Tampoco hay que dejar de lado la estabilidad del clima y de los fenómenos ambientales que se han registrado en la Tierra a lo largo de la historia. Aunque hoy día podemos pensar que, más allá de ciertos sucesos, se trata de un planeta con estabilidad, la realidad es que históricamente se han producido muchos cambios drásticos. El planeta ha estado cubierto por el hielo, ha vivido cambios repentinos en el clima, inundaciones, terremotos y otro tipo de sucesos más globales que han hecho que los seres vivos del planeta tengan que evolucionar para sobrevivir. Un planeta superhabitable con más estabilidad y sin estos problemas sería un lugar perfecto en el cual la raza humana podría vivir.

Pero no olvidemos que la Tierra tiene un gran campo magnético, una atmósfera envidiable y unas placas tectónicas que se ocupan de proporcionar un entorno, en cierta manera, inigualable. También disponemos de un planeta con una biodiversidad que resulta de primera, con desiertos, océanos, bosques, zonas tropicales y todo lo que se pueda llegar a imaginar. Por supuesto, esta combinación de ambientes es mucho más atractiva para la vida que ocupar un planeta montañoso o uno que esté formado únicamente por superficies acuáticas en su mayor parte. Y lo que ha demostrado la ciencia por ahora es que hay más planetas de estos tipos que parecidos a la Tierra, lo que pone la situación en una posición complicada.

Otro aspecto que mencionan los expertos es la edad del planeta. Hay posibilidades de que se descubran planetas superhabitables que permitan desplazar a la humanidad, ¿pero qué hacer en el caso de que se trate de planetas que ya tengan una larga trayectoria? Siempre es más recomendable ocupar un planeta joven, puesto que a medida que pasa el tiempo se va exponiendo a que se produzcan eventos catastróficos que acaben con la vida. Por ello, la Tierra, hoy día, es el lugar ideal para vivir y trasladar a la humanidad a otro planeta resulta una misión, cuanto menos, difícil. Pero no hay que olvidar que será algo a lo que la civilización del futuro se tendrá que enfrentar.

 

Fuente: BigThink | adslzone