Por mucho que los quásares ya hayan sido estudiados durante años, todavía hay mucho trabajo por hacer y aspectos que explorar de este tipo de fuente de energía. El cuásar cuya emisión ha sido analizada recibe el nombre de J1144, aunque en los informes también se utiliza el término completo SMSS J114447.77-430859.3. Su estudio va a ser determinante, tanto por su capacidad como por estar localizado a una distancia de 9,6 mil millones de años luz de la Tierra.

Un cuásar único

Publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, este estudio liderado por el Dr. Elias Kammoun tendrá dos utilidades a corto y largo plazo: descubrir la forma en la que los cuásares interactúan con su entorno y poder entender mejor cómo funcionan. Para ello se ha llevado a cabo un trabajo minucioso con el cual se buscaba aprovechar un momento histórico, dado que, como decimos, este ha sido el cuásar más luminoso desde hace 9 mil millones de años.

Se encuentra situado exactamente entre las constelaciones de Hidra y Centauro y tiene una capacidad para brillar 100,000 billones de veces más fuerte que el sol. Y aunque por la distancia que hemos mencionado te pueda parecer que se encuentra realmente lejos, en comparación a otros de los cuásares que se han analizado con anterioridad, se trata de uno que está mucho más cerca. Tan cerca que los responsables del estudio han tenido una facilidad enorme para explorar su interior, entrando en su agujero negro y viendo todo lo que había a su alrededor. El avance es crítico a la hora de continuar con la investigación.

Trabajo colaborativo

Además del Dr. Elias Kammoun y del especialista Zsofi Igo, quien le ha ayudado a llevar a cabo el trabajo en el MPE (Max Planck Institute for Extraterrestrial Physics), también han contado con la colaboración de otras entidades. Al emprender esta misión eran conscientes de que necesitarían todo el apoyo y distinta tecnología para poder llevar a cabo sus planes de forma exitosa.

Así, se han apoyado en varios observatorios, entre los que se incluyen el ESA XMM-Newton o el Spectrum-Roentgen-Gamma, del cual han utilizado la tecnología eROSITA. También ha participado en el trabajo la NASA con la aportación del telescopio espacial de rayos X NuSTAR, el cual ha sido crucial en el análisis del cuásar. Con los datos obtenidos por los cuatro observatorios con los que han colaborado y con la aplicación de distintas herramientas, han podido llegar a calcular la temperatura de los rayos X emitidos desde el cuásar.

Los resultados han sido sorprendentes, puesto que se ha contabilizado una temperatura de 350 millones de grados Kelvin, una cifra que se coloca unas 60.000 veces por encima de la temperatura que existe en la superficie del sol. No son los únicos datos obtenidos a la vista de que también se ha llegado a la conclusión del gran crecimiento anual que está llevando a cabo el agujero negro del cuásar.

Otro de los descubrimientos más interesantes es que, a diferencia de lo que se había visto en otros casos, no todo el gas que se emite es absorbido por el agujero negro. En realidad, una parte es liberada en forma de potentes vientos que se emiten hacia la galaxia. De todo ello se ha manifestado muy orgulloso el especialista al cargo, quien dice que le ha sorprendido que hasta ahora no se hubiera llegado a visualizar un evento de estas dimensiones. Pero también apunta a que esperan que no sea la última vez en la que pueden marcar un récord con el análisis de las emisiones de rayos X emitidas por los cuásares.

 

Fuente: Phys | adslzone