vez va a peor. Si la situación sigue empeorando, se llegará a concluir que el planeta no será habitable para las generaciones futuras. Y eso supone un gravísimo problema, ya que, hoy por hoy, todavía no se ha dado una solución a esa hipotética situación. La cuenta atrás para el fin del mundo cada vez preocupa a más especialistas.

Los errores que se han cometido

Una proporción de 6-9 no es buena. El planeta, a base de pasividad o malas elecciones, ha llegado a superar seis de las fronteras que nunca se tendrían que haber cruzado. Esta información la ha publicado la Leiden University Green Office, desde la cual se está haciendo un importante trabajo para tratar de abrir los ojos al mundo. Como puedes ver en la imagen que han publicado, son claros los niveles en los que se encuentran seis aspectos que deberían haberse evitado. Otros tres están todavía en una zona positiva, mientras que también hay dos que pueden ser de interés, pero que todavía no se han contabilizado en profundidad y está pendiente saber si llegarán a ser tan cruciales como el resto.

Errores-Planeta-Tierra

Los errores que se han producido se encuentran en la gestión y el control de lo siguiente: cambio climático, agua verde (la que utilizan las plantas), integridad de la biosfera (extinción por millón de especies/años), alteración del planeta por parte de los humanos, contaminación, y, por último, los cambios de los ciclos bioquímicos. Todo ello ha sido responsabilidad de las personas, de sus decisiones y de cómo se han mantenido ciertos comportamientos sin pensar en el estado del planeta.

Lo que todavía nos salva

Son tres barreras que todavía están por cruzar, pero una de ellas se encuentra en el límite: la de la acidificación de los océanos. Esto ocurre debido a la cantidad de dióxido de carbono que acaba llegando hasta el agua desde la atmósfera, algo que está ocurriendo a una velocidad cada vez superior. Desgraciadamente, las personas también son responsables de que esté pasando, puesto que es una consecuencia directa de los combustibles fósiles que se queman a lo largo y ancho del planeta. Esa quema deriva en más contaminación por carbono que llega a la atmósfera y luego es absorbida por los océanos. Como puedes ver en la foto que te hemos mostrado antes, el nivel de acidificación está casi en el punto límite.

Otro de los aspectos que todavía se pueden salvar es el de la capa de ozono y la reducción del ozono estratosférico que se está sufriendo como consecuencia del uso de aerosoles y otros productos contaminantes. En este sentido todavía hay esperanza tal y como también ocurre con el uso de agua potable, el cual se encuentra en el mejor estado respecto a las tres barreras que no se han cruzado.

¿Estamos realmente condenados?

Como puedes ver, de momento la Tierra no está perdida. Pero dicen desde la Universidad de Leiden que hay que tomar cartas en el asunto cuanto antes y no dejar que se produzca ninguna otra catástrofe. El profesor Jan Willem Erisman ha mencionado que los cambios que hay que aplicar tienen que ser drásticos y abarcar la forma en la que la sociedad gestiona tanto la comida como el consumo o el uso de energía. Tendrá que ser un cambio que cubra todos los aspectos de la vida para que así se pueda llegar a un punto de equilibrio que salve el planeta. Pero, tal y como lo plantea, suena realmente complicado.

El profesor habla de hacer una reestructuración en la atención médica, en la educación y en la manera en la que las comunidades se conectan entre sí. Apuesta por un mundo en el que las comunidades sean más independientes y que puedan salir adelante con menos esfuerzos desde el exterior. Recomienda buscar la sostenibilidad mediante la integración y simplificando la manera en la que vivimos. Si no se introducen cambios, posiblemente el planeta no llegue a sobrevivir. Y esta no es una predicción de Nostradamus, sino que se trata de una hipótesis científica basada en datos totalmente reales. Preocupa.

 

Fuente: Phys | adslzone