Que su autonomía no sea una obsesión

Todos sabemos que la realidad es la que es: pese a sus grandes pasos en el mercado, el coche eléctrico aún se encuentra en una especie de fase de llegada para alcanzar y extenderse a un público mayoritario, aunque esa premisa todavía no es la generalizada en nuestro país, como sí pudiera serlo en otras zonas de Europa.

Del mismo modo, son estos conductores, los que recién empiezan a interesarse por esta modalidad, los que primeramente se fijan en la autonomía. Y es vedad, sí. Esto es algo a tener en cuenta, pues determinará el rango y lo que nos permitirá movernos por las ciudades y viajes en nuestro día a día.

Sin embargo, también es verdad que no porque un vehículo de estas características disponga de unos niveles menores quiere decir que no valga la pena, ni mucho menos. De hecho, hay bastantes casos en la actualidad donde elegir un coche eléctrico de este tipo también puede ser una buena idea.

El Nissan Leaf, el mejor ejemplo

Para saber esto debemos indicar, por su parte, el que es el estándar WLTP, el procedimiento mediante el cual se mide la autonomía de coches eléctricos (aunque los nuevos combustión también homologan mediciones y consumo entorno al mismo), así como aquellos factores por los que los datos en uso real difieren tanto a su respecto.

Hablamos así del procedimiento que mide la autonomía de un vehículo que circula a una velocidad media de unos 50 km/h a temperaturas estivales con un estado de carga del 100% al 0%, el cual se ha convertido en el estándar de comparación para las autonomías de los coches eléctricos.

Más exacto que el obsoleto NEDC, este es el que nos señala el nivel que ofrece nuestro vehículo, aunque es cierto, también, que las prestaciones reales siempre acaban siendo algo menores que las prometidas. Y mientras que en coches eléctricos de gama media esta merma no tiene por qué dejarte tirado, por debajo de esos valores el riesgo es mucho mayor.

Es por eso que decimos que tienen sus ventajas. Entre ellas, por ejemplo, que hasta el 37,9% de los conductores podría utilizar un eléctrico con una autonomía relativamente pequeña para hacer todos los viajes sin necesidad de recurrir en algún momento a estaciones de carga rápida. Un buen ejemplo puede hacerse de la mano de coches como el Renault Twingo Electric (familiar del Zoe), con 270 km o el propio Nissan Leaf, un compacto de 5 plazas totalmente eléctrico que fue presentado inicialmente por Nissan como su manera de popularizar el vehículo eléctrico.

Más seguros y más eficientes para administrar la energía

El mismo, con baterías de buen alcance para ofrecer en torno a los 240 kilómetros, lo que nos dice es que cubriría todos los desplazamientos diarios sin mayor problema.

De la misma manera, hay que tomar forma que claro, un coche de estas características y prestaciones no serán nuestros mejores aliados para recorrer viajes largos, pero de los que sí se hacen muy bien para ser más eficientes, incluso, que los que se dan con baterías más grandes. Esto lo vemos directamente en que saben administrar mejor la energía usada y la que nos queda.

De hecho, y según estudios como el de NCAP, este tipo de vehículos con baterías pequeñas presentan buenos aspectos, como que, al ser de menor tamaño y más ligeros, son más seguros para el resto de usuarios de la vía en caso de accidente.

 

Fuente: adslzone