Por qué son tan buena opción

La protección del planeta y las energías renovables tienen cada vez más protagonismo en nuestras vidas. Quién más que menos y, sobre todo en estos momentos con la factura de la luz al alza, ha pensado en algún momento que la transición energética habrá que hacerla antes de lo que pensábamos también en nuestros hogares.

Y ahí, son muchos los que, o bien se han dirigido ya, o planean hacerlo en pro de los paneles solares. El motivo no es otro que porque han llegado a convertirse en un comodín por su gran versatilidad de usos, tanto para la industria como para los hogares, y como energía alternativa que ayuda a reducir la huella de carbono.

Ahora bien, ¿qué hay de su rentabilidad? ¿Realmente ganamos tanto como se dice? O dicho de otro modo: ¿Son de verdad una solución con la que la notaremos en nuestro bolsillo? Lo cierto es que hay cuestiones que se enfocan a ello, pero no siempre tenemos la respuesta correcta o, al menos, la que necesitamos.

Qué tenemos que saber

Para llevar a cabo este proceso se hace a través de dos sencillas instalaciones: las instalaciones solares de paneles fotovoltaicos (más conocidas como placas o paneles solares) y las térmicas. Ambas son diferentes y están formadas por equipos también distintos.

Es así que la tecnología fotovoltaica es perfecta para iniciarse en el autoconsumo eléctrico y poder olvidar la factura eléctrica y sus altos costes. Así, hay kit fotovoltaicos cada vez más económicos que lo que pretenden es ayudarnos a ahorrar muchísima energía cada mes. Entonces la pregunta es: ¿qué rentabilidad hay con ellas?

La primera condición importante es poseer una vivienda unifamiliar en propiedad. Es cierto que según la legislación española en viviendas colectivas están permitidos los paneles solares, pero los requisitos son más complicados, ya que hay que realizar un reparto de la energía generada y no todas las viviendas tienen las mismas necesidades energéticas.

Entonces, lo que tenemos que tener en cuenta es que, durante la vida útil de la instalación solar, a veces, habrá que afrontar algunos costes de mantenimiento; sin embargo, estos suelen derivarse de condiciones climáticas severas o del desgaste de ciertas piezas después de que se agote la garantía, de manera que no son excesivos y su carácter es ocasional.

Repercutirán en un ahorro de hasta el 60% en la factura

Porque en el pasado era impensable invertir en placas solares fotovoltaicas por los elevados costes de las mismas. Pero gracias a los avances tecnológicos, hoy en día son mucho más económicas y por ello resulta rentable la implementación de instalaciones solares en nuestras viviendas. Es una inversión aún más costosa que otro tipo de sistemas, pero que se puede recuperar a medio plazo.

Los paneles solares producen energía de manera gratuita e ilimitada, ajena a la variación de precios, reduciendo así los gastos de la factura energética, al tiempo que nos llevan a su ventaja fiscal. El Estado fomenta la instalación de dichas placas otorgando subvenciones y una fiscalidad favorable para quienes deciden instalarlas.

Como tal, el coste depende de varios factores, pero para hacerse una idea, el precio de la instalación en una casa unifamiliar ronda los 10.000 euros todo incluido, como explica el portal de Selectra. Las empresas del sector coinciden en que cuantos más paneles se instalen, el precio por unidad se reduce proporcionalmente.

La rentabilidad de la que hablamos se basa en el hecho de que instalar placas solares en el tejado de una casa repercutirá en un ahorro de hasta el 60% en la factura mensual que pagamos por la luz. En esas, son una inversión que se puede amortizar en los primeros 7 a 10 años, aunque dependerá del tipo y tamaño de instalación. Las placas, por su parte, tienen un tiempo de vida de 25 a 30 años.

 

Fuente: adslzone