La tarjeta bancaria tiene que ser acorde a ti

Todos sabemos que existen diferentes tipos de tarjetas dentro del ámbito bancario, cada una de ellas con características distintas: de débito, de crédito, de revolving, prepago o de compra, tarjetas flexibles… muchas veces puede ocurrir que estemos usando una de ellas y no conozcamos cuáles son sus principales rasgos…

O bien que pueda existir otra opción que pueda terminar siendo más acorde a nuestras necesidades. Porque, ¿por qué usar un tipo de tarjeta bancaria con nuestra entidad di no es realmente para lo que la vamos a necesitar? O mejor dicho, ¿para qué hacer uso de una de estas tarjetas que no tienen que ver con el uso que le vamos a dar?

Por su parte, y como dicen las cifras del Banco de España, el número de tarjetas en circulación ha superado sus máximos históricos con un volumen total de 87,63 millones. Nadie se pregunta más qué es o cómo funciona una tarjeta. Es más; el plástico ha traspasado lo físico para hacerse un hueco en el mundo digital a través del móvil y cada vez está más presente en la vida cotidiana de millones de personas.

Qué tarjeta elegir

En su caso, los establecimientos se han adaptado a las nuevas tecnologías, por lo que permiten tanto el pago en efectivo como el pago mediante las tarjetas bancarias. De hecho, en los últimos tiempos, y como medida de seguridad, se está impulsando el pago con tarjeta.

Escoger la mejor dependerá de las circunstancias de cada uno y conseguir que se convierta en un instrumento que te beneficie está ligado al conocimiento y entendimiento que tengas. Como tal, por tanto, las diferencias entre los distintos tipos de tarjeta de pago son cada vez más difusas, pero conviene que las conozcas, para que puedas sacarles el máximo partido. ¿Sabes cómo son cada una y qué se diferencian entre ellas?

Tarjeta de crédito para repartir gastos

La tarjeta de crédito es de las más utilizadas. Con esta tarjeta tendremos acceso a una línea de crédito para hacer nuestras compras, de ahí su nombre. ¿Pero esto qué significa? Significa que el dinero que estamos usando para pagar con nuestra tarjeta de crédito no es realmente nuestro, sino que el banco lo está pagando por nosotros.

Pasado un mes, tendremos que devolver al banco ese dinero que nos había adelantado. Pero lo bueno es que, si lo hacemos dentro de los plazos establecidos, no tendremos que pagar intereses. Por lo cual, las tarjetas de crédito son una muy buena opción para repartir gastos en aquellos meses en los que se nos junta todo al mismo tiempo.

De débito para compras diarias

Es la modalidad de tarjeta bancaria más común y sencilla. La tarjeta de débito está asociada a una cuenta bancaria, por lo que al pagar en comercios online o físicos o bien retirar efectivo, estarás usando el dinero que se tiene en la cuenta.

Es decir, que el importe de la transacción se descuenta automáticamente de la cuenta cuando realizamos una compra. Una vez nos lo hayamos gastado, no podremos seguir usándola. Es por eso que será la tarjeta más apropiada para pagar nuestras compras diarias si no queremos usar efectivo.

Prepago para adquirir por internet

Luego también damos con la tarjeta de prepago, que es un tipo de tarjeta que tenemos que recargar con dinero para poder utilizarlas. De esta manera, si cargamos 20 euros en ella, por ejemplo, solo disponemos de esos 20 euros para gastar en nuestras compras.

La principal ventaja de esta tarjeta es que añade un extra de seguridad, ya que no tiene acceso directo a nuestra cuenta bancaria, sino solo al dinero que carguemos en ella. Por ello es la opción perfecta para comprar por internet o usar en viajes para no pasarnos de nuestro presupuesto.

Revolving para pagarlas en cuotas mensuales

Y para completar esta lista de las opciones de este ‘dinero plastificado’ nos encontramos con las tarjetas revolving, las cuales son las que nos permiten realizar compras y poder pagarlas en cuotas mensuales a partir de un límite de crédito que nos concede el banco.

A medida que vamos devolviendo las cuotas, el dinero devuelto vuelve a formar parte de nuestra línea de crédito. Así, cada mes, se volverá a descontar o a sumar al límite de crédito a medida que compremos o devolvamos cuotas mensuales, respectivamente. A cambio del servicio de devolver las compras que hagamos más adelante y en partes, estas tarjetas nos cobrarán un interés por ello.

Tarjetas virtuales

¿Alguna vez has escuchado hablar de las tarjetas virtuales? Es una modalidad muy nueva, pero de buen uso. En su caso, siguen siendo tarjetas prepago que no suelen tener soporte físico. O lo que es lo mismo; muchas de ellas solo existen en la app o banca virtual de nuestra entidad.

Por esta razón, estas tarjetas solo nos van a permitir comprar por internet y no en tiendas físicas. Aunque no tengan soporte físico como tal, seguiremos contando con la información necesaria como el número de tarjeta o el CVV. De esta manera podemos hacer nuestras compras online con total facilidad.

 

Fuente: adslzone