Las baterías de iones de litio no tienen rival

El cambio hacia un modelo energético más sostenible, impulsado por las grandes economías del mundo, ha disparado el apetito por el litio como materia prima para los coches electrificados. Hoy se consume más que nunca, pero su producción se está quedando rezagada respecto a las necesidades del mercado. Unas necesidades que nos llevan a crisis derivada de la escasez de semiconductores, los problemas logísticos y un cambio de paradigma.

Todo ello hace por apuntar a una conversión de los que son estos vehículos de nueva generación en Europa en la próxima década, algo que pone patas arriba la producción y distribución de automóviles. El motivo no es otro que un precio del litio disparado… que afecta, mayoritariamente, al sector de la automoción.

Como tal, las baterías de iones de litio son una tecnología que permite almacenar electricidad basándose en diferentes materiales. Misma función que las tradicionales de plomo. O las de níquel-cadmio, entre otras. Sin embargo, las de iones de litio casi no tienen rival. Eso hace porque sean estas tecnologías que dependen tanto de ellas las que vean cómo sus precios estén subiendo.

Por qué encarecen tanto

El resultado es que, con estos coches, el precio del litio se ha catapultado: en el último año su cotización ha subido un 440%. O lo que es lo mismo, se han multiplicado por más de 5 veces, según el índice que elabora la consultora Benchmark Mineral Intelligence.

Tanto es así que incluso el presidente del principal fabricante mundial de baterías, la empresa china CATL, que acumula el 32,6% del mercado mundial, Zeng Yuqun, reclamó recientemente al gobierno chino que acelerara la exploración y el desarrollo de nuevos yacimientos de litio ante el incremento del precio.

Con todo, no está muy claro cuál será el escenario futuro de la producción mundial de litio. Hoy en día el principal productor de este metal es Australia con una producción anual de 55.000 toneladas en 2021, seguido de Chile, China Argentina y Brasil. Una producción de la que se desconoce si permitirá o no atender la creciente demanda. Tanto es así que en la actualidad, el precio de las baterías ronda los 128 dólares por kWh de media.

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Escasez de litio

Esta es una realidad que se topa con la gran crecida que está teniendo el coche eléctrico, siendo ya más que una alternativa al de combustión y, para muchos, la primera vía para adquirir un vehículo. Con lo que no se contaba es que fuera tan rápido, lo que está haciendo por aparecer las primeras escaseces de este metal.

Esto es porque se tarda entre dos y tres años en construir y optimizar una fábrica de baterías o una planta de vehículos eléctricos, pero se tarda entre cinco y diez años en construir y optimizar una mina, y actualmente el sector de los vehículos eléctricos está reuniendo capital a un ritmo mucho más veloz que el sector de las materias primas. Por lo tanto, en esta década se requerirán especiales esfuerzos para desarrollar una capacidad adicional de producción y procesamiento de litio.

El conflicto Rusia-Ucrania también afecta

En este sentido, las previsiones de los expertos son poco alentadoras: este año el precio del litio podría llegar a aumentar un 50% más de lo que ya lo ha hecho. Esta circunstancia hace que el precio de las baterías se eleve y que, por tanto, el precio final del coche también. La buena noticia es que será una burbuja temporal.

De todos modos, el desgraciado conflicto entre Rusia y Ucrania también tiene un peso importante, lo que ha hecho por trastocar el mercado mundial de materias primas. En el caso de las baterías de los automóviles eléctricos, las cifras son claras. Tras unos años de continuo descenso en los precios, favorecidos por el aumento de la producción, los datos del informe de E Source avisan de que sufrirán un repunte en algo más de un año.

Una demanda cada vez más alta

Y es que el litio no solo se ve en estos coches electrificados, sino que también lo hace en diversas tecnologías. El mismo, como decimos, uno de los minerales que más aumento de la demanda está registrando en los últimos tiempos, siendo la materia prima que más ha subido en lo que llevamos de año.

Creciendo de forma exponencial, las previsiones apuntan a tensiones en el mercado que pueden provocar que no haya suficiente materia prima para tantos vehículos. Al mismo tiempo, lo que se observa es que esta demanda de litio en todo el mundo se disparará hasta 3,3 millones de toneladas métricas en 2030, como mínimo, después de un aumento medio del 25% en cada ejercicio, según un estudio de la consultora McKinsey.

Este encarecimiento de los materiales con los que se fabrican los coches eléctricos inevitablemente va a tener un impacto directo en el coste de fabricación de los coches. En este sentido, a menos que los fabricantes decidan absorberlo temporalmente hasta que se resuelvan los problemas de la cadena de suministro, afectará al precio final.

 

Fuente: adslzone