Durante mucho tiempo, estos satélites estaban fuera de servicio si habían dejado de realizar la función para la que fueron diseñados, pero ahora hemos conocido un curioso caso que ha permitido dar una segunda vida a uno de ellos y hacernos pensar sobre la seguridad de acceso a los mismos.

Segunda vida para el satélite Anik F1R

En la conferencia de seguridad ShmooCon celebrada en Washington, se ha informado de este curioso experimento. Como parte de una investigación sobre la seguridad de los satélites al final de su vida útil, los investigadores lograron transmitir un programa de su elección en un área amplia.

El satélite en cuestión lleva por nombre Anik F1R y fue lanzado para apoyar a las emisoras canadienses en 2005 y diseñado para 15 años de uso. Cuando cumplió su función, Karl Koscher y su equipo de investigadores de informática e ingeniería consiguieron permiso para poder operar con él al haberse migrado a un nuevo satélite la mayoría de servicios que lo utilizaban.

Usando una licencia de enlace ascendente, acceso al transpondedor (que permite la ubicación del satélite) y equipo de comunicaciones por satélite dedicado, los investigadores pudieron enviar una transmisión de video que se retransmitió en gran parte del hemisferio norte.

Koscher y sus colegas del grupo de piratería de dispositivos integrados y telecomunicaciones Shadytel transmitieron un directo de otra conferencia de seguridad, la ToorCon San Diego, el pasado mes de octubre.

Seguridad casi inexistente

Esta acción, con esta emisión pirata a gran escala, viene a demostrar que, pese a ser diseñados para ser duraderos, los satélites de transmisión en su mayoría no tienen medios de control y se limitan a amplificar la señal más fuerte que reciben. Localizar un satélite poco o nada usado y tener los medios para enviarle una señal es suficiente para lanzar una transmisión a la Tierra.

La maniobra también es posible para los satélites usados, pero no es fácil lograr aplastar una señal emitida por los gigantes de la radiodifusión. Sin embargo, esta hazaña se logró en 1986, cuando el grupo Captain Midnight tomó el control del satélite Galaxy 1 mientras se transmitía un programa en HBO.

En este caso, los investigadores tenían permiso para acceder, pero el experimento destaca la interesante área gris cuando un satélite difunto no se está utilizando, pero todavía no se ha alejado lo suficiente de la Tierra hacia su órbita de reposo final.

«Técnicamente, no hay controles en este satélite ni en la mayoría de los satélites; si puede generar una señal lo suficientemente fuerte como para llegar allí, el satélite la enviará de regreso a la Tierra», explicó Koscher.

Estos fallos de seguridad también podrían ser utilizados para secuestrar emisiones de otros países y utilizar los satélites para el envío de propagada, según han alertado expertos en seguridad.

 

Fuente: Wired | adslzone