En concreto, el 4 de enero a las 7:52 de la mañana, hora peninsular española, la Tierra alcanzará el perihelio, es decir, el punto más cercano al astro, como su nombre indica (peri del griego «cerca», y helio del griego «sol»). En este punto, el planeta se sitúa en torno a un 3% más cerca del Sol con respecto al afelio, el punto en el que nos situamos más alejados del sol a principios de julio.

4 de enero: más cercanos que nunca al Sol

Esa diferencia es de unos 5 millones de kilómetros, frente a la distancia media a la que se sitúa nuestro planeta normalmente con 150 millones de kilómetros. En el afelio, la Tierra está a 152,1 millones de kilómetros del Sol, mientras que en el perihelio se encuentra a 147,1 millones de kilómetros, lo que hace que, por ejemplo, el Sol se vea más grande, como en la siguiente imagen.

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De esta forma, la Tierra se sitúa más cerca del sol cada año en enero, cuando es invierno en el hemisferio norte, y se sitúa en el punto más alejado en julio, cuando es verano en el hemisferio norte. Este efecto nos permite ver que, claramente, la cercanía de la Tierra al Sol no influye apenas en las estaciones, sino que es la inclinación de nuestro planeta la que afecta.

En invierno, la inclinación del eje de la Tierra hace que el hemisferio norte esté ligeramente echado hacia atrás con respecto al Sol, de manera que hay menos horas de luz, y también más frío. En verano, conforme se va completando el movimiento de traslación, cambia la parte que queda más inclinada hacia el Sol, y por tanto el hemisferio norte pasa a tener una incidencia mayor de luz.

Las fechas en las que la inclinación hacia el Sol es mayor y menor son las que ya conoceréis por las horas de Sol en el hemisferio norte. El día de menos sol del año, el 21 de diciembre, es el día en el que la inclinación «hacia atrás» del hemisferio norte es mayor con respecto al sol. En cambio, el 21 de junio, es el día en el hemisferio norte está más inclinado al Sol, de ahí que sea el día que más horas de Sol tenga.

Así, aunque la proximidad al Sol no afecte a la existencia o no de estaciones, sí que afecta a su duración. Cuando más cerca está la Tierra del Sol, ésta se está moviendo más rápido a 30,3 km/s, frente a los 29,3 km/s a los que se mueve en julio cuando se encuentra más alejada. Por ello, el invierno en el hemisferio norte, y el verano en el hemisferio sur, son las estaciones más cortas. En concreto, el verano dura 5 días más en el hemisferio norte, mientras que en el hemisferio sur el invierno dura 5 días más.

 

Fuente: adslzone