Desde que se diera la oportunidad para poseer su propio coche hacia las personas con movilidad reducida (PMR), se ha transformado las vidas de miles de personas con discapacidad en toda España y fuera de ella. Contar con un vehículo de estas características en el propio domicilio implica una nueva libertad e independencia para salir y desplazarse, donde y cuando se desee.

Un vehículo para su independencia

Así, esta clase de coches son cada vez más populares en hospitales, centros de asistencia, empresas de taxis, operadores de transporte público y organizaciones benéficas que se ocupan de las personas discapacitadas. No obstante, y sin alejarse de esta gran atención, en los últimos tiempos también ha aparecido la forma de que estos puedan ser también electrificados.

O lo que es lo mismo: otorgarles a estas personas de movilidad reducida que tengan su propio coche eléctrico adaptado, el cual se presenta como la gran disposición para cuidar también del medio ambiente. Mucho más eficientes y de características más cercanas a un público más concreto, son una oportunidad muy bien predispuesta.

Y es que, en la actualidad, se estima que cerca de 3,8 millones de españoles cuentan con algún tipo de discapacidad. De ellos, cerca de un millón pueden ponerse al volante siempre que cuenten con un vehículo adaptado para su funcionalidad. Es por esto que elegir con qué automóvil contar resulta, en este caso, aún más importante que de costumbre.

Para quién son destinados

Pero empecemos por el principio. Este tipo de coches o automóviles que pueden ser eléctricos son, como su nombre propio indica, destinados para aquellas personas que se dan con movilidad reducida. Para esto es necesario contar con un baremo de movilidad, la puntuación que la Administración establece para estimar el grado de capacidad motriz que tiene una persona con discapacidad.

Esta puntuación es fundamental para obtener el posterior Certificado de Discapacidad. Este es que permitirá a estas personas contar con estos vehículos adaptados. En este sentido, se considera que una persona tiene movilidad reducida cuando se ve afectada por las pérdidas funcionales anatómicas y deformaciones esenciales en un grado superior o igual al 33% o cuando éstas dificultan gravemente el uso de transportes colectivos o graves problemas de deambulación.

En función de la discapacidad declarada, es posible que el conductor deba pasar una prueba práctica que demuestre su habilidad al utilizar las adaptaciones necesarias. En este caso, la prueba se realiza con un examinador de la Jefatura y un médico de la Comunidad Autónoma en la que se lleve a cabo.

Cómo son

Ahora bien, la pregunta es obligada. ¿Qué tienen de especial? Como tal, se ven como un medio de transporte adaptado a las necesidades de cada persona, de manera que presentan controles diferentes en función de la discapacidad de quien que va a ir al volante. Asimismo, y dependiendo del tipo que sea, se conocen también como dispositivos de asistencia populares para la movilidad.

De este modo, es cierto que contamos con varios fabricantes que los ofrecen adaptados para ellas. Sin embargo, estos vehículos eléctricos para personas de movilidad reducida son diferentes. Tanto, que a diferencia del resto, disponen de un espacio específico para anclar la silla de ruedas, incluso permiten que personas con movilidad reducida puedan conducir, mediante controles especiales adaptados.

Esta serie de coches adaptados de ruedas disponen, por lo general, de ciertas plataformas móviles, con las que podemos realizar desplazamientos en vertical, sin necesidad de levantar manualmente a la persona, lo que facilita la entrada y salida del vehículo.

Ventajas fiscales

También es importante señalar que este tipo de vehículos disponen de anclajes, además de otros dispositivos de seguridad, con los que no solo evitamos que la persona se desplace, sino que además se minimizan las consecuencias en caso de accidente.

Al mismo tiempo, es importante que sepamos que, a la hora de su compra, podemos disponerlos con ventajas para su adquisición. De hecho, en la actualidad, los hay con numerosos beneficios fiscales que los hacen todavía más accesibles de los que ya lo son.

Hablamos de estas personas con una discapacidad igual o superior al 33%, las cuales tienen acceso a una serie de ayudas a la hora de comprar un vehículo para personas de movilidad reducida.

  • Tiene un IVA reducido del 4% en coches nuevos sin matricular.
  • Están exentos de pagar el impuesto de matriculación y el impuesto de circulación.
  • Dependiendo de las marcas, estos eléctricos de movilidad reducida pueden ofrecen un descuento adicional.

Tipos y modelos

La practicidad de estos electrificados es que no son únicamente coches. O mejor dicho: no se tratan de coches eléctricos exclusivamente para este tipo de personas con movilidad recudida, sino que más bien podemos contar con distintos tipos, como scooters o las propias sillas de ruedas con motor eléctrico y baterías.

Hacia ello, como mencionamos, se hacen ver también como dispositivos de asistencia populares para la movilidad. La diferencia general es que los scooters motorizados están diseñados para personas con mayor movilidad que los usuarios de sillas de ruedas. Por lo tanto, la elección de instalar unos u otros sí que depende en gran medida de su nivel de viaje.

El que nos centramos es un campo que abarca más circunstancias además de esta y que requieren, de la misma forma, una asistencia extra durante la conducción. Es por ello que se ven con algunas varias clases, pues ya hemos visto que la personalización es un factor indispensable para garantizar una conducción adaptada y segura.

Scooters eléctricos de movilidad reducida

Por norma práctica, suelen verse como los más populares o, al menos, los más conocidos. Estos, dentro de los que son esta clase de vehículos, se presentan como vehículos pequeños desmontables que se pueden desarmar en varias partes para introducirlas en el maletero del coche.

De ahí que se vean también como scooters de tamaño mediano para poder realizar trayectos por ciudad o bien, por otra parte, scooters de dimensiones grandes para los usuarios que quieran realizar largos trayectos. Los mismos se centran muy bien porque están disponibles en tres y cuatro ruedas, así como hacen ser de una comodidad mayor.

No todos los scooters valen para lo mismo. Igual que nos es muy fácil entender que no es lo mismo un coche utilitario para el interior de la ciudad, que un todoterreno, que un coche para familia numerosa, que un coche para un pueblecito… lo mismo ocurre con estos scooters eléctricos de movilidad reducida. Con ellos hay dos clases:

  • Clase 2. Son los que están habilitados para uso en interiores con una utilización limitada en exteriores y menos alcance de distancia. Son más pequeños, por lo que no se pueden utilizar en la carretera. Tienen una velocidad máxima de 4 km/h y una autonomía de entre 6 y 8 horas
  • Clase 3. De mayor relevancia, son generalmente más grandes, más pesados y más poderosos. Aunque no es lo conveniente para circular en carretera, pueden hacerlo siempre y cuando cumplan con todos los requisitos de seguridad. Con una velocidad máxima de 12 km/h, los pueden utilizar personas mayores de 14 años. Su autonomía puede llegar hasta los 20 km/h.

Silla de ruedas eléctrica

Actualmente existen en el mercado multitud de sillas de ruedas. Los diferentes modelos están diseñados para abarcar las necesidades concretas de cada usuario. Como tal, son las que han dado la evolución de las manuales. Cuentan con un motor que proporciona gran autonomía al usuario y una libertad de movimiento mucho mayor.

La velocidad y la distancia en kilómetros dependerá de la potencia del motor y la batería. Las hay de hasta 30 km/h, como la Kittos de la imagen. Se dirigen fácilmente mediante un joystick que suele ser de manejo sencillo, pero también es posible incorporar un mando para acompañante en caso de que queramos que un asistente controle el movimiento. Como es normal, este tipo de sillas de ruedas suelen tener un coste más elevado.

Motos de discapacidad

Con ciertas diferencias frente a las que tienen que ver con las conocidas scooters, entre los vehículos eléctricos de movilidad reducida tenemos también a las motos que funcionan en base a sistemas electrificados. Con una imagen y estructura más parecida a las motocicletas urbanas, vienen equipadas con baterías y un motor.

Es verdad que todo depende de los modelos que sean, pero las hay que llegan a proporcionar, en el mejor de los casos, hasta 60 u 80 km. En cuanto al tiempo también dependerá del uso que le demos, la velocidad, condiciones del terreno y el peso soportado. Asimismo, es factible encontrarlas con motores que superan los 400 W, permitiendo circular por terrenos irregulares y remontar cuestas a gran velocidad.

 

Fuente: adslzone