Se acabaron las molestas pruebas PCR y los dichosos Test de antígenos que obligan a las personas a introducir el maldito bastoncillo por la fosa nasal para comprobar si tenemos o no trazas del coronavirus. A partir del mes de enero podremos adquirir la primera «Smart Mask» que directamente analiza el aire que expulsan nuestros pulmones y cambiará de color en función del estadio en el que nos encontremos. El color inicial de la mascarilla inteligente será azul y solo cambiará de color en los siguientes casos:

  • Amarillo: Si detecta una nucleocápside formada por el genoma viral de ARN significa que tenemos la enfermedad, pero no con un 100% de efectividad. Básicamente el resultado es similar al que arroja un test de antígenos que puede ser negativo, pero en realidad sí estamos contagiados. En cualquier caso, con color «Yellow» el fabricante recomienda realizar cuarentena de 7 a 10 días o realizar una prueba PCR en un centro sanitario.
  • Rojo: Si la mascarilla detecta la presencia del virus en el aire exhalado automáticamente se torna de este color y significa que estamos contagiados y además en el momento de mayor carga viral. En este caso habrá que guardar cuarentena 10 días y realizar un control sanitario por parte de nuestro médico de cabecera.

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¿Por qué cambia de color?

La empresa detrás de este nuevo sistema de detección quiere que la mascarilla sea un avisador para el usuario y para todos aquellos que le rodean. Se trata de una evolución de la mascarilla Teal que se presentó el pasado año y cambiaba de color cuando detectaba que el paciente tenía fiebre. En este caso, el dispositivo contaba con unos sensores en contacto con la piel que analizaban si la temperatura corporal superaba los 37,5 grados y automáticamente también cambiaba de color. Fabricada en silicona contaba con filtros intercambiables y se podía higienizar sin problema. Por el contrario, la «smart mask» que detecta el COVID no puede ser lavada y tendrá una vida media de dos semanas. La buena noticia será el precio y es que costará alrededor de 10$, al cambio en moneda local no debería superar los 8 euros y pronto estará disponible en las farmacias una vez que supere todos los controles sanitarios.

Mascarilla-Teal-fiebre

Ante la escasez de tests de antígenos y sobre todo la voracidad de la variante Ómicron, la nueva mascarilla inteligente se posiciona como un detector eficaz del virus que puede que ayude a poner a ralla al dichoso COVID-19 que cumple ya dos años entre los humanos. Los primeros ensayos en China han sido todo un éxito y pronto la Unión Europea autorizará su uso en todo el espacio comunitario.

¿Comprarás esta mascarilla aún sabiendo que pueden identificarte por la calle como un posible contagiado? Esa es la gran pregunta.

Mascarillas antivirus

Varias empresas lanzaron hace unos meses «mascarillas purificadoras de aire» con un precio que oscila entre los 30 y los 50 euros. El fabricante coreano LG es el más conocido y de hecho en España comercializa un modelo llamado LG Puricare Air Purifying Mask que incluye Filtros HEPA 13 que acaban con el 99,7% de los virus y además limpian el aire que se respira. La firma también vende su famosa Funda UVnano LG Puricare que mediante luz UV consigue esterilizar el 99,99% de las bacterias en 30 minutos. En el canal de Youtube de Clipset podemos ver un análisis completo de la mascarilla.

¿Merece la pena gastar tanto dinero?

Al tratarse de protegernos y de cuidar también a los que nos rodean podríamos decir que sí, la realidad es que los precios que pueden alcanzar son un gran impedimento. Así por ejemplo, las mascarillas purificadoras de Philips cuestan 70 euros mientras que si queremos además que filtre la polución el precio se puede disparar hasta los 150 euros.

 

Fuente: adslzone