El consumo del coche eléctrico no es estándar

No hay una fórmula estándar ni tampoco vale con tomar una calculadora del coche eléctrico para fijar una cantidad de su consumo. La cuestión tendrá una solución similar a la pregunta equivalente en relación a cuánto consume un coche de gasolina o cuánto consume un coche diésel. Cualquiera de estas dudas tiene una solución que depende del hecho en sí.

O lo que es lo mismo; esto se refiere a según qué modelo, qué marca, qué potencias, sus versiones… por lo que, según su configuración mecánica y equipamiento, responderá y requerirá de un aporte energético concreto según ese contexto. Esto hace que hablar del consumo del coche eléctrico necesite ser acotado.

Asimismo, también es verdad que de manera generalizada, y más allá de lo que la firma nos pueda decir en qué números se pueda situar (siempre en base a los 100 km), es posible centrarnos en ello y realizar una positiva funcionalidad, logrando que estas cifras puedan bajar considerablemente. Esto será a nuestra manera de ponernos sobre el volante: cómo conducimos, de qué forma y por dónde.

El tipo de conducción, clave

Entre los motivos fundamentales que diferencia, incluso, el comportamiento de un mismo coche según quién lo conduzca, está el tipo o estilo de conducción, pero también el contexto en que se lleve a cabo la actividad. Esto es lo que nos dice la firma de DS Automobiles, la marca premium de Citroën y el grupo Stellantis.

Porque hacerse con vehículo que funciona con baterías no se hace expresamente igual que uno que lo haga con gasolina. Con el tiempo se aprende a llevarlo, sí, pero a veces implica cambiar el modo de conducir. Es lo que nos dicen desde el renombrado grupo (antes PSA), en donde advierten de que la conducción debe ser más suave y moderada que cuando se va a los pedales de un motor de combustible.

Así, estas varían desde el que puede ser la contratación de un suministro eléctrico por parte de una compañía que apueste por este tipo de coche, hasta revisar la presión de nuestros neumáticos. Todas son acciones que nos ayudarán a potenciar el ahorro de energía. Sin embargo, hay una muy concreta que la firma francesa nos aporta y que puede darnos buenos resultados.

Presta atención a la frenada regenerativa

En este sentido, dirigir el vehículo de una manera diferente a lo que estamos habituados bastaría para que la propia conducción permita que los niveles de electricidad bajen, ya sea en ruta o en nuestros trayectos por la ciudad. Aquí entra el sistema de frenada regenerativa, una tecnología que equipan la mayor parte de los electrificados, tantos los puros como los híbridos e híbridos enchufables.

Así, el truco que nos señalan consiste en olvidarnos de utilizar el pedal de freno cuando la situación lo requiera. Y es que la frenada regenerativa será un gran aliado para alargar la batería del coche, lo que hará porque tengamos un menor gasto de electricidad con nuestra conducción.

Este se trata de un modo de retención que se hace como una solución muy práctica. Dependiendo de cada uno, estos frenan más o menos, regenerando energía en el proceso, hasta el punto de que algunos emplean hasta el ‘one pedal’ en el que se conduce solo con el acelerador, equivaliendo levantar el pie a presionar el freno. En lo que concierne a la marca de DS, esta técnica se emplea mucho en el DS 3 Crossback E-Tense.

 

Fuente: adslzone