A la hora de comprar un televisor de segunda mano te recomendamos que te informes al máximo sobre el televisor, que sepas por qué lo vende esa persona (puede ser normal que quiera uno más grande pero no renovamos el televisor con la misma frecuencia que un móvil, por ejemplo, así que dar el paso puede ser “sospechoso”) y en qué estado está. Si es muy moderno quizá debemos desconfiar a salvo que haya motivos para pensar lo contrario y si es muy antiguo quizá no nos merece la pena apostar por un televisor usado y encontramos ofertas nuevas que merecen la pena. Sea como sea, fíjate bien en todos los aspectos posibles.

Aspectos generales en compras

Si compras un televisor de segunda mano por Internet hay unos consejos básicos que debes seguir y que se podrían aplicar a cualquier otra compra, independientemente del tipo de producto que vayas a adquirir.

  • Comprueba las fotografías y asegúrate que son reales, búscalas en Internet a través del reconocimiento de Google para asegurarte que son de esa persona y no imágenes sacadas de Internet para estafarte con la compra.
  • Pide más imágenes si las necesitas. Aunque te recomendamos que quedes con esa persona, como te explicamos en próximos puntos, no siempre es posible así que asegúrate que las fotografías muestran todo el televisor o incluso haz una videollamada que confirme que todo es correcto.
  • Vigila el medio de pago y evita transferencias bancarias o pagos con tarjeta. Una opción puede ser PayPal que cuenta con garantía al cliente pero la mejor idea es que apuestes por pagar el producto cuando lo recibas, si se envía.
  • Compruébalo físicamente, no lo compres por Internet sin ver el producto. Aunque puedas pagar al recibirlo, lo más aconsejable es que evites los envíos y que compres el televisor de segunda mano físicamente, quedando con esa persona y comprobando su estado antes de pagar y llevártelo a casa.

Comprueba físicamente

Se aplicaría a cualquier objeto que compres de segunda mano pero una televisión de segunda mano puede ser incluso más delicada. Comprueba todo. Asegúrate que todos los puertos funcionan (USB, HDMI…), asegúrate que no hay golpes o arañazos en la pantalla, que el pie o soporte de pared funciona correctamente, que no hay daños. Intenta ser lo más minucioso posible para que no te engañen.

Modelo exacto

Lo primero en lo que debes fijarte es el modelo exacto y la persona que lo vende puede dártelo buscando las especificaciones del producto en el propio aparato, el ticket de compra o incluso buscando el correo electrónico del pedido si lo hizo hace no demasiados años. Tener el modelo exacto te ayudará a tener todas las especificaciones, el año, la compatibilidad, el tipo de panel… Pero no siempre es posible así que hay otros aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de usarlo.

Antigüedad y horas de uso

El año de fabricación o la antigüedad nos ayudará a saber el estado del televisor, las horas de visionado, el uso… En el caso de televisores LCD que han estado encendidas o activas durante horas y horas (pueden ser miles de horas si las televisiones son muy antiguas) la calidad de la imagen se pierde y también el brillo. Lógicamente dependerá del uso que se haya dado al televisor en sí que pueda estar más o menos deteriorado pero podemos hacernos una idea aproximada. No basta con saber el modelo para que sepamos el consumo pero sí podemos calcular aproximadamente el tiempo si es un televisor muy muy antiguo. Puede que no nos merezca la pena comprar algo de hace seis o siete años ya que al final acabaremos teniendo que pagar una reparación o sustituyendo el televisor y nos saldrá más caro que apostar por un modelo actual de quizá una gama más baja.

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Además, algunos televisores nos permiten saber cuánto tiempo ha funcionado durante su vida “útil”. Podemos ir al menú SVC y de ahí a “Panel Display Time” donde aparecerá las horas que ha estado encendido. Basta con dividir el número de horas por 24 para saber cuántos días ha estado en uso, cuántos meses, etc. Así podremos hacernos una idea de su antigüedad o saber si está demasiado deteriorado.

Tipo de panel

Es fundamental saber qué tipo de panel que es un televisor. Puede ser LCD o puede ser OLED si se trata de un modelo actual pero también hay modelos de hace algunos años que se tratan de los conocidos “televisores de plasma”. ¿Cómo podemos saber si es Plasma o LED? Lo primero, buscando especificaciones. Pero si no las tienes al alcance, podemos asegurarnos comprobando que los negros sean negros puros o comprobando si desprende algún tipo de calor. Pero, como decimos, lo más recomendable es que te fijes en las especificaciones del producto.

La diferencia entre LCD y OLED es que los primeros necesitan retroiluminación por detrás, por ejemplo. Es decir, hay una fuente de luz que ilumina los píxeles del televisor para que se vea la imagen. Por su parte, el OLED no hay una fuente de luz emisora detrás sino que los pixeles se iluminan de forma independiente y única, lo que permite que se consigan negros más puros, se ahorra energía, etc.

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Resolución

Asegúrate que la resolución corresponde a la que has visto en el anuncio o a la que has comprado. La resolución es el número de píxeles que tiene la imagen de televisor y que se traduce como mejor nitidez o detalle en series o películas. No hay ningún “truco” para comprobar la resolución de un televisor pero sí sabemos que a mayor resolución mejor se verá. Comprueba las especificaciones o consulta el menú de ajustes del televisor para saber cuánto nos ofrece. En la actualidad, lo más habitual es que encontremos televisores 4K y UHD aunque también hay modelos de 8K, aunque será raro que los encuentres de segunda mano en la actualidad.

Algo que debes tener en cuenta es que el 4K y UltraHD en una Smart TV es la misma resolución. Es decir, el 4K tiene una resolución original de 4096 x 2160 pixeles pero este formato no se adapta al 16:9 de las televisiones así que comúnmente se denomina 4K al formato UHD o Ultra High Definition que corresponde a 3840 x 2160 de resolución. Es posible, por tanto, que veas indistintamente un televisor como UHD o como 4K con la misma resolución. Ambos son idénticos.

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Smart TV o no – Compatibilidad

Puede que para muchos sea lo más importante a la hora de ver series o películas en aplicaciones de streaming. Comprueba si es Smart TV o no. Puedes hacerlo con el modelo exacto del televisor buscándolo en Internet pero también está disponible en el mando, con un botón específico (Smart Hub, por ejemplo, en los de Samsung) o a través de los menús de ajustes del propio aparato. Además de comprobar si tiene o no Smart TV conviene también que sepas el año del televisor para asegurarte de la compatibilidad con muchas aplicaciones.

Por ejemplo, algunas apps de streaming (es el caso de Disney+) solo permite televisores Samsung a partir de 2016. Y otras, como Filmin, solo permite instalar la app en una Smart TV Samsung posterior a 2014. Saber el año además de si tiene o no Smart TV nos ayudará a saber qué apps podemos instalar y qué apps no, por ejemplo.

Además, conviene saber el sistema operativo. Generalmente basta con saber la marca para saber el sistema operativo pero en algunas ocasiones las propias marcas o compañías han variado el SO de una versión a otra, de un año a otro.

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Conexión WiFi

Asegúrate que la conexión WiFi, en caso de ser una Smart TV, funcione correctamente. Comprueba que se conecta bien a la red introduciendo usuario y contraseña de la red más cercana que haya.

Restaurar valores de fábrica

Otra opción interesante e importante en la que deberíamos fijarnos es que el televisor que compramos venga reseteado. En la actualidad las Smart TV nos piden una cuenta de usuario para acceder a apps o juegos, etc. En caso de que queramos borrarla puede que nos pida una contraseña o un código PIN y no podamos hacerlo una vez que la hayamos comprado. Es fundamental que te asegures que se ha restaurado a los valores de fábrica para no tener problemas de compatibilidad, de aplicaciones o de cuentas asociadas al televisor que vas a usar.

Mando

No es imprescindible y hay muchos mandos que son universales pero lo más aconsejable y cómodo es tener el propio mando de la televisión. Puede que el tuyo lleve contigo diez años y esté en perfecto estado pero hay muchas casas donde la tapadera de las pilas está rota, el mando está mordido, le faltan botones… Nunca se sabe en qué condiciones está así que asegúrate que está bien o busca una alternativa acordada con el vendedor para reemplazarlo.

 

Fuente: adslzone