Para tener una referencia podemos tomar el Tesla Model S, que en su versión P100D  monta una batería de 100 kWh y ofrece una potencia máxima de 612 CV. Frente a él podría ponerse un Audi S8 plus, con motor 4.0 TDSI de 605 CV. Un coche eléctrico y una alternativa con motor térmico, gasolina, que ‘compiten’ dentro del mismo segmento. Pero el Tesla Model S tiene un peso de 2.316 kilos frente al Audi S8, que se queda en 2.065 kilos. ¿A qué se debe esta gran diferencia? Está ligada, en gran medida, al peso de la batería del Tesla Model S.

El peso de las baterías de iones de litio sigue lastrando la autonomía de los coches eléctricos ¿cuánto pesa la batería de un coche eléctrico?

El peso de la batería de un coche eléctrico depende de diversos factores, y uno de ellos es su capacidad en kWh. En el caso de un Tesla Model S con batería de 85 kWh, el peso se incrementa por este componente en 540 kilos. Si nos vamos a un Hyundai Kona EV, la versión eléctrica del SUV compacto, la versión con batería de 62 kWh tiene un peso, en exclusiva por este componente, de 454 kilos. Y este caso es más interesante, porque lo podemos enfrentar al mismo modelo con motor de combustión interna y nos encontraremos con una diferencia de 200 kilos, aproximadamente.

Son dos ejemplos claros que nos ayudan a comprender que el peso de las baterías de iones de litio supone una ‘contra’ para los coches eléctricos, un ‘lastre’ añadido frente a los motores térmicos que son más ligeros. Y esto, evidentemente, repercute sobre el peso final del vehículo y la autonomía, en tanto que el esfuerzo que tiene que llevar a cabo el sistema eléctrico es superior, para mover una masa mayor.

baterias-tesla

¿Qué se puede hacer frente al elevado peso de las baterías en los coches eléctricos?

Los fabricantes de automóviles ya llevan algún año trabajando en estas soluciones que ayuden a aumentar la autonomía. Panasonic o LG Chem son algunos de los principales fabricantes de estas baterías, y la densidad energética es el punto esencial para conseguir baterías más compactas y ligeras con la misma capacidad de almacenamiento energético. Mientras tanto, los fabricantes desarrollan plataformas específicas, como la MEB del Grupo Volkswagen, más ligeras y modulares en exclusiva para vehículos eléctricos.

Desde la propia arquitectura de construcción se reduce el peso del conjunto sin sacrificar la rigidez, por ejemplo. Pero también en otros puntos de diseño y fabricación, pasando por los propios componentes interiores, los recubrimientos. Además, también se está trabajando en optimizar el coeficiente aerodinámico de la carrocería, e introduciendo nuevos sistemas de recuperación como la frenada regenerativa.

En definitiva, aunque el peso de las baterías de iones de litio es elevado y supone un lastre para la autonomía de los coches eléctricos, hay otros terrenos sobre los que se pueden introducir sustanciales mejoras para que esta diferencia, respecto a los vehículos con motor térmico, no sea tan notable en la autonomía final del vehículo.

 

Fuente: adslzone