La NSA hace caso omiso de la nuevas leyes que le obligan a espiar menos

La incomodidad de que esta agencia tuviera tanto poder hizo que las autoridades decidieran poner límites a lo que la NSA podía hacer. En 2015, una nueva legislación limitó el poder que la NSA tenía a simplemente recopilar registros telefónicos y contactos de usuarios que las agencias de inteligencia norteamericanas creyesen que podían tener algo que ver con el terrorismo.

La NSA hizo caso omiso de esta nueva ley a lo largo de todo 2016, ya que la agencia recopiló 151 millones de registros telefónicos, a pesar de que sólo tenían potestad para espiar a 42 sospechosos de terrorismo, además de unas pocas decenas de otros sospechosos de 2015. Así, la NSA ha mantenido su actividad de recoger metadatos, registro de números a los que se llamaba, y duración de las llamadas, pero no su contenido.

Esta información llega al mismo tiempo que el Congreso norteamericano se dirime en reautorizar la Sección 702 del FISA, que permitiría a la NSA espiar a usuarios fuera de Estados Unidos. Muchos defensores de la privacidad argumentan que la Sección 702 permite a la NSA espiar comunicaciones en Internet y por vía telefónica incluso a ciudadanos americanos, y sin autorización judicial. Esta sección caduca a finales de año, y desaparecerá si no es renovada.

Más de 100 millones de registros a casi 2.000 personas

El informe que ha desvelado esta información muestra que, en 2016, el FBI obtuvo información de un americano a través de la Sección 702, con el fin de buscar evidencias para un crimen no relacionado con inteligencia extranjera. Este podría ser uno de muchos casos, ya que el informe no especifica la frecuencia con la que esto ocurre. Las agencias se amparaban en decir que espiaban a esos usuarios porque mencionaban a un objetivo de inteligencia extranjero.

Algunos miembros de las agencias de espionaje se ampararon en afirmar que los 151 millones de registros de 2016 son muchos menos que los realizados en años anteriores. Además, afirman que ese número tiene una proporción menor de usuarios espiados, pero que los espiados lo han sido con más detenimiento. En concreto, afirman que “sólo” desvelaron el nombre de 1.934 personas, comparado con 2.232 en 2015.

A pesar de los intentos evidentes de la NSA de ser más transparente y de proveer más datos de los que están obligados a ofrecer, no dejan de recordar al Sr. Burns cuando se disfrazó de joven. Espiar a un usuario es algo muy serio, y en la NSA parecen estar tan acostumbrados a ello que lo ven como algo superficial y que no debería preocupar a los usuarios. Nada más lejos de la realidad, esperemos que las autoridades sigan reduciendo su campo de actuación para evitar más violaciones de privacidad.

 

Fuente: Reuters | adslzone