Desarrollado durante 6 años gracias a una campaña de Kickstarter, es relevador el futuro que se nos plantea si cada vez aceptamos con mayor displicencia la usurpación de la privacidad a la que nos vemos sometidos cuando aceptamos las condiciones de uso de una red social. Y no solo privacidad, sino hasta cierto punto identidad, ya que esta puede ser suplantada en redes como Facebook, donde alguien puede crear un perfil con nuestro nombre y hacerse pasar por nosotros.

El video comienza con la protagonista jugando a un videojuego en el autobús. Recibe una llamada en la que se dispone de traducción automática en tiempo real. Podemos ver cómo está rodeada de anuncios, ofertas de trabajo, notificaciones y consejos. Tal y como nuestro smartphone, pero integrado en nuestra visión. En función del contenido que consuma, o de los sitios que visite, se obtienen una serie de “puntos de fidelización”. Al bajarse del autobús, vemos como la realidad virtual le indica la seguridad de circular por cada punto, y cómo avanza el tráfico.

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En el supermercado, tenemos la lista de la compra y el total de gasto integrados en el carro. Conforme avanza por el supermercado, una serie de anuncios la llaman a comprar productos. En medio del supermercado, la protagonista sufre un ataque de seguridad. Después de confundir su identidad, le reinician su dispositivo de realidad virtual, en el que por unos segundos “disfruta” del mundo normal, tal y como lo conocemos.

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Mientras intenta ir a un sitio cercano para reparar su dispositivo, es atacada y le roban una muestra de sangre, con la que pueden suplantar su identidad, y borran su perfil y puntos acumulados. Al final del vídeo, vemos como la protagonista acaba recibiendo una nueva identidad al unirse a una religión.

El futuro que pinta este creador es desolador. Con la realidad aumentada, el día a día se podría convertir en la misma pesadilla que navegar por la web, donde los anuncios pueden llegar a ser demasiado invasivo.

En él, vemos la compleja relación que hay entre las nuevas tendencias tecnológicas, y como estas van a coexistir con los humanos, donde nos veremos constantemente obligados a seguir mejorando, y todo lo que hagamos, digamos y visitemos se vea registrado y valorado de cara a tener una mayor puntuación social. En el vídeo vemos como esto plantea ciertos problemas de seguridad, ya que todo es susceptible de ser hackeado. Incluso nuestra propia identidad.

 

Fuente: VimeoCore77 | adslzone