En lo que llevamos de año, la recaudación en taquilla de las películas 3D tan sólo ha aumentado un 5% con respecto al pasado año, unas cifras paupérrimas que dan buena cuenta de la fragilidad de este formato que parecía estar viviendo una época dorada con títulos con el éxito de títulos cómo Avatar o la más reciente Gravity. Es sin duda la película de James Cameron, la que más ha contribuido a que el 3D haya conseguido una mayor popularidad, pero ¿cuáles son las causas de qué no despegue de forma definitiva?

En 2014 la recaudación de la taquilla del cine en 3D sólo ha aumentado un 5%

Desde la propia industria lo tienen claro. Karina Neill, una de las máximas figuras a nivel europeo en cuanto a la tecnología usada para la visualización de largometrajes en 3D en los cines, apuesta por fijar unos estándares de calidad mínimo para las películas que tengan que ser emitidas en 3D. Está todavía muy reciente en la memoria de muchos espectadores, la “farsa” de 3D que supuso esta versión de la película Furia de Titanes. En aquella ocasión, la película no había sido rodada pensando en esta tecnología pero posteriormente en tareas de edición, se optó por añadir una “capa 3D” con la que buscar simular este efecto. El resultado no pudo ser más desalentador y los espectadores que pagaron el precio de la entrada se sintieron estafados.

Otro ejemplo negativo de un uso desaprovechado del 3D ha sido el intento de George Lucas de revisitar por enésima vez su galaxia muy, muy lejana. La saga de Star Wars prometía unas nuevas versiones en 3D que incluso iban a ser estrenadas en cine, pero tras la pobre acogida de la versión 3D de La Amenaza Fantasma, los planes para las cintas posteriores se han paralizado.

La industria apuesta por un “sello de calidad” para el 3D

Según Neill, la calidad de las películas 3D no ha de medirse por la calidad del filme en cuestión, el cual puede ser considerado como mejor o peor independientemente de que contemple esta tecnología, pero sí por la nivel técnico del 3D empleado, que como ocurrió en el caso de Avatar –pensada en planos y fotografía casi en exclusiva para esta técnica- demostró ser un éxito. De igual modo, otras voces apuestan por implantar una especie de sello de calidad, que de confianza a la audiencia sobre la calidad del producto que van a poder disfrutar.

Medidas como implantar un “sello de calidad” ayudarían a transmitir confianza a la audiencia sobre la calidad del producto

Tanto el cine como el visionado de películas 3D en el propio hogar, agradecerán de unas medidas de este tipo que consigan hacer cambiar la percepción que muchos espectadores tienen del 3D, considerando en ocasiones excesivo el sobreprecio que han de pagar por el producto que van a consumir.

¿Pensáis que el 3D es un formato que todavía puede dar mucho al cine?

 

Fuente: Techradar | adslzone