Aunque la “flexibilidad” de las impresoras 3D, en cuanto a los materiales para la impresión, son realmente amplios, en realidad hay un enorme abanico de materiales que no se han podido utilizar hasta la fecha. Y es que, dado que las impresoras 3D utilizan un sistema de sobrecalentado del material para hacerlo más fácil de “moldear”, muchos materiales no tienen la consistencia necesaria, o bien tienen un punto de fusión “especial”, y por lo tanto no pueden ser utilizados en las impresoras 3D como sí se hace con los plásticos, polímeros y materiales con un comportamiento mecánico y químico similar.

El equipo de investigación dirigido por el Dr. Mohamed Albed Alhnan ha creado un material gracias al cual, utilizando un compuesto de polímetros y el propio componente fármaco, casi cualquier impresora 3D del mercado podrá fabricar medicamentos. Según han asegurado, la parte más complicada de este proyecto era conseguir que el filamento de material tuviese el mismo comportamiento cuando se funde por el sobrecalentado que cuando es depositado a través de la estrecha boquilla sobre la bandeja de impresión. En este sentido, aunque no se consideró en ningún momento crear formas complejas, en realidad, es posible.

Uno de los aspectos clave del proyecto está en que los medicamentos no necesitan mantener una estructura excesivamente rígida, sino que su consistencia es un punto aparte, poco importante, teniendo en cuenta que hablamos de medicamentos que tienen que ser digeridos por el organismo humano. En cuanto al futuro de esta tecnología, desde UCLAN creen que las compañías farmacéuticas podrían utilizar la impresión 3D para la fabricación de pastillas a granel. Según comentan, esta metodología debería llegar a la industria farmacéutica en 2019,

 

Fuente: Softpedia | adslzone