El ser humano nace, se desarrolla y muere en lo que denominamos realidad. En función del pensamiento de cada cual, su cultura y la evolución histórica, podemos conocer todo tipo de teorías filosóficas y religiosas que tienden, en la mayor parte de los casos, a indicarnos que existen realidades paralelas, es más, realidades superiores a la cual forma parte el ser humano. Pues bien, tomando como “origen” nuestra realidad, la misma en la que yo estoy escribiendo este artículo y vosotros lo estáis leyendo, ahondamos en otras “realidades inferiores” creadas por el ser humano de la mano de la tecnología.

El ser humano tecnológico-endiosado, la realidad virtual

La realidad virtual se basa en la utilización de sistemas y dispositivos, con la intención y finalidad de crear una aparente realidad sobre la cual el usuario percibe sensación de estar presente. Es decir, básicamente, es una realidad ficticia creada por y para el ser humano en la cual los límites están marcados por dos componentes: la técnica y la tecnología.

Varios grandes fabricantes pertenecientes al sector de la tecnología de consumo, incluida la actual líder Samsung, están desarrollando sus propios sistemas de realidad aumentada. Sony, Google, Samsung y Oculus son sólo algunos de los que están invirtiendo para el desarrollo de esta tecnología. En realidad, no se trata de algo excesivamente nuevo y en las recreativas de los 90 ya pudimos disfrutar de un avance de realidad virtual -seguro que lo recordaréis-. Sin embargo, parece que los intereses de estos grandes fabricantes van mucho más lejos de unas simples “maquinitas”, o “marcianitos”, como aún se sigue escuchando.

Capaces de crear más de lo que conocemos

Varias corrientes filosóficas a lo largo de la Historia han querido convencernos de que nosotros, los seres humanos, somos capaces de crear únicamente lo que conocemos y combinaciones de lo mismo. Sin embargo, algunas ideas, como la “idea de Dios”, demuestran como algo obvio el hecho de que el ser humano tiene capacidad, en realidad, para crear lo que está mucho más allá de la realidad meramente tangible. Así, la realidad virtual, como vasto concepto, es sólo la “puerta” para la creación de un nuevo “todo” en el cual, por qué no, se puede dar lugar también a nuevos sistemas de organización humana, económica, política. Pero, continuemos con el tema ahondando en otras cuestiones.

De los “marcianitos” a la realidad virtual “útil”

Como adelantábamos, la realidad virtual ha sido planteada, hasta la fecha, de una forma realmente simple. Se ha utilizado como plataforma para videojuegos y como simulador para todo tipo de situaciones. Por ejemplo, con respecto a esto último, hemos visto cómo varias fuerzas del ejército -a nivel internacional- se valían de la realidad virtual como plataforma de entrenamiento. Pero, ¿y si la realidad virtual se enfocase como una nueva forma de vida? Es decir, esta tecnología podría emplearse de la misma manera que la realidad en la que vivimos. Sí, algo así como lo que nos muestran en la película “Avatar”.

Aunque pueda sonar a ciencia ficción, ¿cuántas cosas hemos visto en las películas de ciencia ficción que tras 20 años han acabado formando parte de nuestra realidad? Sin ir más lejos, el teléfono inteligente. Sea como sea, sí, por el momento es simplemente una idea fantasiosa, aunque viable. Más aún cuando ya existen todo tipo de cosas -que utilizamos a diario- con el apellido “virtual”. Luego, entonces, si creamos una realidad virtual al estilo “The Sims”, se podría acompañar de un sistema de organización que permitiera “ganarse la vida”, en un sentido puramente económico. Y es que, ¿no podéis, por un momento, imaginaros sumergidos en un “Second Life” con publicidad de Google en las calles? Ahí hay dinero.

De momento, sí, está reservada sólo para “gamers”

Aunque las posibilidades de la realidad virtual son realmente amplias, por el momento podría asegurarse casi con total precisión que sí, la realidad virtual es una tecnología reservada sólo para los “jugones”. No obstante, como comentábamos anteriormente, también se utiliza para simular algunas situaciones de entrenamiento que no podrían llevarse a cabo en nuestra realidad. Un caso concreto es el de algunos ejércitos que utilizan la realidad virtual como campo de entrenamiento. Y, precisamente en este sentido, también se podrían ampliar de forma importante las posibilidades. Por ejemplo, bomberos que pudieran “entrenarse” en situaciones comprometidas definidas en la realidad virtual para, a partir de aquí, conocer cómo deben actuar a la perfección en caso de incendio, accidente u otras situaciones complicadas.

¿Qué hay de la medicina? Es otro de los campos que, sin duda, acogerían positivamente la inclusión de la realidad virtual en su constante proceso de formación. Ahora bien, está claro que este tipo de tecnología necesita aún una inversión realmente potente y, por el momento, aunque grandes son pocos los fabricantes interesados en invertir. Así, Samsung o Google son algunos de los “más grandes” que están poniendo de su parte para desarrollar sistemas de este tipo. En cualquier caso, antes veremos cómo lanzan, cada cual, sus gafas inteligente, una forma de realidad aumentada -no virtual- que también puede ayudar a mejorar nuestra precisión en tareas anteriormente mencionadas.

Ahora, después de esta reflexión que mezcla la fantasía con la ciencia ficción y el futurismo… ¿cómo te imaginas tú la realidad virtual dentro de 20 años?

 

Fuente: adslzone