La semana pasada se celebró en el Moscone Center de San Francisco, la feria anual dedicada a semiconductores, Semicon West 2014, en la que se hablaba sobre el futuro y los avances en la industria electrónica y tecnología. En dicho evento, H.S. Philip Wong, profesor de ingeniería eléctrica de la universidad de Stanford, expuso en una charla como en el futuro podrían obtenerse superordenadores de tamaño bolsillo gracias a la implantación de chips hechos con nanotubos de carbono. En su discurso, el profesor Wong comentó que el uso de módulos multi-chip 3D que utilicen este material permitirá crear una nueva generación de componentes que entrelacen las tecnologías de lógica y memoria de nueva generación.

Estos chip stacks que monten nanotubos elaborados en carbono, se enfrentarán, según el profesor Wong,  a un gran desafío debido a la naturaleza del material pero el éxito en su desarrollo puede dar lugar a máquinas que puedan equipararse en términos de potencia al superordenador Watson creado por IBM, una de las más asombrosas inteligencias artificiales creadas hasta la fecha, que ocupaba la totalidad del espacio de una habitación. La propia IBM ya está trabajando para desarrollar microordenadores que incorporen en un espacio reducido, procesadores y circuitos propios de grandes máquinas. Esta tecnología además de optimizar el rendimiento va a ser servir para reducir el consumo que se hace en equipos actuales de mayor tamaño.

La comparación resulta asombrosa si tenemos en cuenta que Watson posee un total de 2880 núcleos de procesadores IBM Power 7, que le permiten procesar 500 giga bytes por segundo. Conseguir una potencia similar con el tamaño de un smartphone sería algo sorprendente sin duda, pero todavía pasará algún tiempo hasta que los teóricos beneficios de esta tecnología puedan ser llevados a la práctica, y obviamente resultará complicado que alcancen magnitudes como las expuestas por el profesor Wong.

IBM comercializará chips con nanotubos de carbono en 2020

Además, existen ciertas limitaciones que primero deberán afrontar los investigadores, ya que el material todavía no es capaz de resistir las altas temperaturas que se alcanzan en el proceso de fabricación de los componentes. Igualmente, sería necesaria mejorar la pureza del material y adaptarlo a un eso para tamaño microrreducido. IBM ha anunciado recientemente que los primeros chips con nanotubos de carbono comerciales llegarían en el año 2020, con lo que para entonces podrían empezar a verse estos superordenadores en miniatura.

 

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