Acceder a las conexiones WiFi ajenas puede tener consecuencias legales contra los intrusos. Así ha quedado demostrado con la detención del joven de 20 años Eric F. M. A., quien utilizaba las redes inalámbricas de sus vecinos para acceder a Internet.

Para ello empleaba programas de auditoría de redes que le permitía detectar las más cercanas a su hogar y descifrar de forma automática las contraseñas. Así, se conectaba sin que sus propietarios lo notasen. Esta práctica está castigada en parte a través del artículo 255 del Código Penal, el cual castiga a quienes roban "agua, electricidad, WiFi o cualquier otro suministro" si la cantidad defraudada supera los 400 euros.

Sin embargo, no ha sido éste el motivo de su arresto dada la dificultad por saber cuánto había utilizado el detenido estas redes. En concreto ha sido imputado por un delito de "descubrimiento y revelación de secretos" por el hecho de acceder a las contraseñas sin el permiso de quienes las utilizan para proteger el acceso a sus redes o equipos. Por ello, la pena podría ser de hasta con 4 años de cárcel.

Según publica elmundo.es, a finalidad del detenido era utilizar las conexiones ajenas "para acosar a chicas, entre las que al parecer hay menores de edad". El diario asegura que la Policía encontró al arrestado, actualmente en libertad, material de contenido pedófilo durante el registro de su vivienda. A su vez señala que el hecho de utilizar estas redes complicó a los investigadores la tarea de llegar hasta él por no utilizar su dirección IP.

Desde la Fiscalía se señala que con toda probabilidad no existe ningún precedente similar a este caso y podría servir para perseguir la impunidad de quienes utilizan redes inalámbricas ajenas.

 

Fuente: elmundo.es | adslzone