Su desarrollo partió de un grupo de empresas del sector que buscaban conectar periféricos a sus equipos, que por aquel entonces eran poco compatibles entre sí. La primera especificación se publicaba en 1995 pero fue la especificación 1.1 la que se comenzó a usar de forma mucho más masiva en 1998.

Desde entonces y hasta hoy en día, es usado como estándar de conexión de periféricos como teclados, ratones, impresoras, cámaras, memorias, teléfonos móviles, etc. A mediados de los noventa fue diseñado también FireWire, un sistema de conexión entre las CPUs y los periféricos que permitía una alta tasa de intercambio de datos diseñado por Apple y contra el que USB tuvo que luchar. Pero finalmente FireWire fue diseñado para el peer to peer y hacía que cada dispositivo necesitase de un conector de este tipo, algo que encarecía el desarrollo de los dispositivos. Todo lo contrario que USB, que fue diseñado para economizar y estandarizas la conexión de periféricos y que hizo que los costes de incluir este tipo de estándar de conexión en los ellos no se viesen prácticamente alterados.

A pesar de ello, hasta cerca de 1999 y coincidiendo con la llegada de Windows 98, el propio inventor afirma que USB no fue muy sólido y ofrecía un gran número de problemas. Aunque la intención original era que USB atacara puertos serie y paralelo, el estándar fue creciendo mucho más allá y el campo de aplicación del USB se extiende actualmente a cualquier dispositivo electrónico.

Sin embargo, uno de los inconvenientes del USB era su falta de reversibilidad, algo que sus creadores trataron de resolver en su momento pero significaba duplicar su coste y por lo tanto dejaría de ser asequible para los usuarios, algo de lo que 20 años después ha confesado que fue un error. Aun así, USB ganó la batalla con FireWire teniendo que luchar poco después con otro nuevo competidor llamado Thunderbolt.

Un tipo de conector de alta velocidad que utiliza tecnología óptica, que tiene capacidad de ofrecer un gran ancho de banda y que llega en 2011 para sustituir a algunos buses como el propio FireWire. Como se puede ver, estábamos ante una tecnología claramente superior en rendimiento a USB 3.0, pero la falta de dispositivos y periféricos Thunderbolt y la retrocompatibilidad de USB hicieron que Thunderbolt fuese siguiendo un poco la estela de FireWire hasta que este mismo año hemos visto como ha nacido USB Tipo C, que se declara como el estándar de comunicación del futuro.

Un conector reversible que forma parte de la especificación de USB 3.1 y que es mucho más rápido a la hora de transmitir datos, que soporta potencias eléctricas mayores y que es mucho más efectivo además de ser retrocompatible con los puertos anteriores.

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Fuente: PCWorld | adslzone