Como sabrás, tu dispositivo móvil monta una batería de litio, y este tipo de componentes funcionan de manera óptima entre 20 y 25 grados centígrados, mientras que con temperaturas mayores o menores se condiciona en cierto modo su correcto funcionamiento. Es peor el frío que el calor, a corto plazo, pero el calor puede dañar tu batería de forma definitiva, mientras que el frío no.

Tu batería dura un 15% menos en verano

No es cuestión únicamente de que sea verano, sino de que el dispositivo móvil esté expuesto al calor de forma prolongada. A unos 40 grados centígrados, las pruebas estiman que se pierde un 15% de autonomía en promedio, mientras que a 5 grados bajo cero estaríamos hablando de una merma del 20%. Ahora bien, el dato más curioso es que el frío sólo perjudica el rendimiento de forma temporal, mientras que el calor también puede dañar la salud de nuestra batería.

El problema tiene que ver con la densidad energética, un valor que decrece con temperaturas bajo cero, y algo similar ocurre con el calor. Ahora bien, las altas temperaturas comienzan a afectar a la autonomía desde los 40 grados centígrados y con grandes saltos, los siguientes según algunas pruebas técnicas:

  • 40 grados: -15% de autonomía.
  • 45 grados: -20% de autonomía.
  • 50 grados: -60% de autonomía.

Volviendo al dato curioso que señalábamos, el frío repercute en mayor medida sobre el rendimiento, pero el calor extremo daña en mayor medida la electroquímica de las baterías, lo que se traduce en pérdidas definitivas sobre la capacidad de las baterías.

¿Sólo el calor está mermando mi autonomía?

Otro factor clave es la cobertura de redes móviles. Si estás de viaje por cualquier parte de España, o del mundo, puede que estés teniendo algunos otros problemas que afectan a la autonomía de tu dispositivo móvil, como es la cobertura. Aunque estés acostumbrado a unos determinados valores de autonomía en los sitios por donde normalmente te mueves, el cambio de localización en verano puede estar afectando a cómo tu terminal y las redes móviles interactúan.

Una baja señal de red móvil provoca cambios en la conexión que suponen un mayor consumo con respecto a una conexión estable. Ahora bien, también es cierto que estos problemas podrían “compensarse” en algunos casos con la no utilización de redes WiFi, algo que muchos estaréis haciendo al haber salido de casa, o de la oficina.

¿Qué puedo hacer al respecto?

Si te están afectando estos problemas, con respecto a la temperatura es recomendable mantener el terminal a la sombra, y en la playa podemos hacerlo simplemente tapándolo con la toalla, o bien dejándolo dentro de una mochila o bolso. Si los rayos inciden directamente sobre su superficie, entonces es más probable que aumente la temperatura y, por tanto, podríamos tener estos problemas.

En cuanto a los problemas de conexión, o las constantes variaciones en el estado de conexión con redes móviles, en algunos casos será conveniente que limitemos la conectividad a redes 2G o sólo redes 3G, lo que puede favorecer la estabilidad, reducir los constantes cambios y, como consecuencia, alargar la vida útil de nuestra batería.

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Fuente: adslzone | adslzone